Le Fígaro Nantes
«Puedes morir con la boca abierta, Belhamiti, dondequiera que vayas en Nantes, iremos a pudrirte». Estas viles palabras, publicadas por un internauta en la red social Twitter (ahora X) el pasado mes de abril, respondían a una publicación del diputado de la primera circunscripción de Loira Atlántico, Mounir Belhamiti, sobre la reforma de las pensiones. Ese mismo mes, la exdiputada y actual concejala municipal de Nantes, Valérie Oppelt, fue atacada por el mismo individuo: invitó a los habitantes de Nantes a ir a su casa para tirar allí sus residuos. Su dirección postal había sido citada por su nombre.
La divulgación de esta información por un individuo bajo un seudónimo no quedó sin consecuencias: el miércoles, durante una comparecencia previa a la admisión de culpabilidad, un hombre de 63 años fue condenado a cuatro meses de prisión, un período de prueba para obtener la ciudadanía para financiar y 200 euros de indemnización a cada una de las víctimas. Ya no tiene derecho a contactarlos.
Lea también “Te estrangularé con la bandera de Israel”: en Niza, un influencer condenado por apología del terrorismo y amenazas de muerte contra Christian Estrosi
Para encontrar a este jubilado que trabajaba en informática, el fiscal de Nantes desplegó importantes recursos. «A la vista de estos hechos, quería que se realizaran investigaciones en profundidad», insiste Renaud Gaudeul, que se puso en contacto con los servicios de la PJ. También se implementó la cooperación internacional. Esto permitió “encontrar al individuo que se escondía bajo un seudónimo y utilizaba una VPN [para evitar ser localizado]”.
Por tanto, el 19 de septiembre, el hombre de sesenta años fue detenido, a unos veinte kilómetros de Nantes, y se llevaron a cabo registros en su domicilio. El que hasta entonces era un desconocido para la Justicia no se lo esperaba. “Admitió los hechos que se le imputan”, comunica el fiscal. El 18 de diciembre fue detenido por la policía antes de ser remitido y presentado ante un juez.
“El error de las redes sociales es imaginar que podemos hacer cualquier cosa detrás de un teclado. Los individuos deben entender que no podemos”, insiste Renaud Gaudeul, que deplora cada vez más este tipo de comportamiento en los casos. En este caso se trata también de personajes públicos: “los ataques a los cargos electos son ataques a la democracia”.
Lea también Estos gendarmes de referencia al servicio de funcionarios electos: “Nuestro deber es prevenir ataques contra los símbolos de la República”
“Tenemos que pitar el fin del receso. Estoy a favor del debate y de la libertad de expresión pero hay límites. De lo contrario, es anarquía. Después de las palabras, vienen los golpes…», reaccionó a Le Figaro el diputado Mounir Belhamiti, que elogió la capacidad de respuesta y el trabajo de los investigadores, al igual que su colega Valérie Oppelt. Juntos anunciaron que donarían la suma obtenida como compensación por los daños causados a la asociación e-childhood que lucha contra el ciberacoso.
Desde los debates en torno a la ley de inmigración, el partidario del texto votado en la Asamblea asegura haber recibido innumerables mensajes de odio. “Me reservo el derecho de volver a hacer lo mismo”, advierte Mounir Belhamiti, es decir, presentar una denuncia. Esta primavera fue la primera vez que acudió a los tribunales por este tipo de acoso.
En la legislación, “el hecho de revelar, difundir o transmitir, por cualquier medio, informaciones relativas a la vida privada, familiar o profesional de una persona que permita su identificación o localización con el fin de exponerla a ella o a sus familiares a un riesgo directo de daño a la persona o a la propiedad que el autor no pueda ignorar se castiga con tres años de prisión y una multa de 45.000 euros. Cuando se trata de una persona que ostenta una autoridad pública, el autor corre el riesgo de ser condenado a hasta cinco años de prisión. Esta infracción data del año 2021 y fue creada luego del asunto Samuel Paty. La dirección universitaria del profesor asesinado por un terrorista islamista se filtró en Internet unos días antes de la tragedia.