Durante las vacaciones de fin de año, la redacción deportiva de Le Figaro les propone una serie sobre los “ladrones” del año deportivo, estas personalidades o entidades no necesariamente esperadas y de las que se ha hablado en 2023. Hoy, la redada Clubes sauditas en el planeta del fútbol.
¿Quién habría apostado, cuando Cristiano Ronaldo dejó el Manchester United por Al-Nassr en las últimas horas de 2022, a que su traspaso fue solo el primer golpe de una (muy) larga lista? Que, siguiendo el ejemplo de los portugueses, Karim Benzema, N’Golo Kanté, Sadio Mané, Neymar, Malcom, Roberto Firmino y muchos otros abandonarían los grandes equipos europeos en el verano de 2023 para unirse a Al-Ittihad, Al-Ahli, ¿Al-Hilal o incluso Al-Ettifaq?
“Abrí el camino a la liga saudí y ahora todos los jugadores vienen aquí”, alardeó el cinco veces Balón de Oro en una entrevista concedida el pasado mes de julio al periodista italiano Fabrizio Romano. En un año, cada vez más jugadores de primer nivel vendrán a Arabia Saudita. En un año, el campeonato saudí superará al campeonato turco y al campeonato holandés”. Al ver el impresionante contingente de estrellas que vinieron a practicar en el Golfo, es difícil demostrar que se equivoca.
Con la ayuda de millones de euros, la Saudi Pro League logró simplemente una de las ventanas de transferencias más importantes de la historia. En primer lugar, por las cantidades invertidas por el Reino, más de 800 millones de euros, o el 14% del gasto total del mercado según un estudio de la FIFA. Una cantidad incluso inferior a la del campeonato inglés (1.850 millones de euros) pero sin precedentes para un campeonato todavía menor, al menos perteneciente a una confederación distinta de la UEFA.
Leer tambiénBalance, salarios, Eldorado efímero: 5 preguntas sobre Arabia Saudita y su ventana de fichajes de lujo
Luego, contratando jugadores en pleno dominio de sus medios como Allan Saint-Maximin (26 años), Aleksandar Mitrovic (29 años), Ruben Neves (26 años), Sergej Milinkovic-Savic (28 años), Luiz Felipe (26 años), Otavio (28 años), Aymeric Laporte (29 años) o Seko Fofana (28 años). Sí, el campeonato saudí es una elección de dinero, pero no se limita a un destino dorado para antiguas glorias en jubilación anticipada. Sin mencionar que también han intentado la aventura del Golfo ilustres entrenadores, entre ellos Steven Gerrard, Jorge Jesús, Marcelo Gallardo e incluso Roberto Mancini con la selección nacional.
Las ambiciones de Arabia Saudita en el fútbol se conocen desde hace mucho tiempo. En el origen de esta ofensiva está la conciencia de quedarse atrás de Qatar, Bahréin o los Emiratos Árabes Unidos. La estrategia de poder blando a través del deporte forma parte de Visión 2030, un importante plan para diversificar la economía y transformar el país lanzado en 2016 por el príncipe heredero Mohammed Ben Salman.
“La idea es utilizar competiciones y clubes monopolizados para mejorar la imagen de Arabia Saudí, criticada por los occidentales, y atraer inversores”, explica a Le Figaro Kévin Veyssière, creador del Football Club Geopolitics, un medio especializado en el análisis de cuestiones geopolíticas a través de el prisma del deporte. La celebración de la Supercopa de Italia desde 2018 y de la de España desde 2019 fue sólo un anticipo. El primer gran hito se alcanzó en octubre de 2021, cuando un consorcio compuesto en un 80% por el Fondo de Inversión Pública (FIP), el fondo soberano del Reino de Arabia Saudita, compró el club inglés Newcastle.
Leer tambiénPropiedad de Arabia Saudita, el club de Newcastle gana en el anti-PSG
Como Qatar con el PSG o Abu Dabi con el Manchester City, Arabia Saudí quería su club y lo consiguió. Pero ni Qatar, ni India, ni China, ni Estados Unidos, ni ninguna otra nación futbolística emergente, han logrado desarrollar su campeonato doméstico en paralelo. En un solo mercado de fichajes, el Reino Saudí ha trastocado el orden establecido en el fútbol mundial y ahora hace gala de una ambición sin límites. Prueba de ello es su candidatura a la organización del Mundial de 2034. Único candidato en liza, promete “un torneo de talla mundial” siguiendo el modelo del último Mundial de Qatar. Como tal, la Saudi Pro League es un brazo armado formidable. Queda por ver si su atractivo es sólo una moda pasajera o una tendencia que durará.