La Misión de la ONU en Mali (Minusma) anunció el domingo que había «acelerado» su salida la víspera del campo de Tessalit (norte) en un contexto tenso, habiendo puesto, según ella, «en peligro a su personal», en el marco de su retirada a finales de año de este país enfrentado al yihadismo y al separatismo tuareg.
El campamento de Tessalit fue recuperado “completamente” el sábado, día de la salida de Minusma, por el ejército maliense, indicó este último en las redes sociales el domingo.
Minusma se ha desvinculado de Tessalit mientras la región de Kidal, de la que forma parte esta localidad, es escenario de una escalada militar entre actores armados por el control del territorio. La misión de la ONU afirma haber «completado su retirada acelerada» de esta base «en un contexto de seguridad extremadamente tenso y degradado, poniendo en peligro la vida de su personal», en un comunicado enviado a la AFP el domingo.
Antes de su retirada el sábado, este personal “tuvo que refugiarse en búnkeres en varias ocasiones debido a los disparos”. Este fue el caso del jueves «19 de octubre, cuando un C130 (avión de carga fletado por Minusma) (tunecino) fue alcanzado en el ala mientras aterrizaba en Tessalit», afirmó Minusma, precisando que no se produjeron «heridos ni lesiones graves». daños al avión”. El último personal de la misión de la ONU abandonó Tessalit el sábado «en un convoy terrestre» que se dirigió hacia Gao, la ciudad más grande del norte de Malí, añadió.
El campo de Minusma en Tessalit, formado principalmente por soldados chadianos, estaba cerca del aeropuerto. Antes de su marcha, Minusma afirma haber tomado “la difícil decisión de destruir, desactivar o desmantelar equipos valiosos, como vehículos, municiones, generadores y otros activos”.
Los coroneles que llegaron por la fuerza al poder en Malí en 2020 exigieron el pasado junio, tras meses de deterioro de las relaciones, la salida de la Minusma desplegada desde 2013 en este país sumido en el yihadismo y en una profunda crisis multidimensional.
La retirada de unos 11.600 soldados y 1.500 policías -de decenas de nacionalidades- que estaban presentes en Mali debe durar hasta el 31 de diciembre. Exacerbó las rivalidades por el control del norte del país.