Hasta ocho meses de prisión, suspendidos, fueron solicitados el miércoles 29 de marzo por la fiscalía de Marsella contra tres manifestantes sospechosos de violencia contra policías durante un mitin a principios de febrero contra la inauguración del primer partido local de la Reconquista en Marsella.

La sentencia de este caso, por la que los abogados de los acusados ​​han pedido la libertad y han señalado «los múltiples vicios procesales», se reservó para el 13 de abril. La manifestación, en la que habían participado unas 200 personas, a convocatoria de sindicatos, asociaciones antirracistas o partidos políticos de izquierda, se había desarrollado pacíficamente hasta que fue dispersada por la policía.

Los imputados, dos hombres y una mujer de 19, 23 y 33 años respectivamente, sin antecedentes penales, están siendo procesados ​​en particular por “violencia contra un policía” y “ocultamiento de rostro”. A uno de ellos se le acusa de haber «lanzado un proyectil» que impactó en el escudo de un CRS. El segundo habría tratado de ayudar a este compañero cuando lo arrestaron y lo tiraron al suelo: en el proceso, habría pateado a un policía vestido de civil.

La joven también está acusada de haber atacado a la policía. “¡Este expediente está vacío!”, exclamó la abogada de esta última, Me Charlotte Bonnaire, al considerar que su cliente “fue confundido con otra persona”. Al timón, la acusada indicó que solo había venido a «rescatar médicamente» a personas en tierra. En cuanto a la ocultación de sus rostros, en particular por una máscara anti-Covid, Maître Philippe Chaudon lo justificó explicando que activistas del partido de Éric Zemmour estaban fotografiando a los manifestantes desde el balcón de sus locales.

“Este ocultamiento sirvió para proteger su integridad física frente a activistas de extrema derecha que entregan a sus opositores en las redes sociales”, explicó. Los abogados de los acusados ​​también criticaron un procedimiento judicial «desproporcionado», con 48 horas de custodia policial seguidas de cuatro días de prisión preventiva en la prisión de Baumettes para los tres jóvenes.

Por su parte, la fiscal Eve Tassin refutó cualquier juicio político y negó haber «recibido instrucciones de su jerarquía o de un ‘arriba’ fantaseado». «Lo que se reprime no es su afán de manifestación ni sus posiciones políticas sino su actuación violenta» contra los policías, añadió, aunque admitió que los acusados ​​»no eran personas especialmente violentas o perturbadoras».