El viaje nocturno se volvió trágico. El sábado por la tarde en Marsella, cinco jóvenes de 19 a 29 años, procedentes de los alrededores de Toulon, fueron víctimas de un ajuste de cuentas de violencia y determinación inequívoca, poco antes de medianoche, en el aparcamiento de un restaurante de comida rápida McDonald’s de los distritos del norte. Fueron “derribados” por el fuego de Kalashnikov, mientras los cinco estaban dentro de su vehículo. Efectivos policiales de la Policía Técnica y Científica (PTS) encontraron en el lugar numerosos casquillos de cartuchos calibre 7,62.

El conductor, que fue blanco de una ráfaga de disparos, murió casi instantáneamente. Él tenía 22 años. Su pasajero en el asiento delantero, también fallecido, tenía 25 años. En cuanto a los tres pasajeros de los asientos traseros, el mayor, de 29 años, recibió un disparo en el pecho y su pronóstico vital aún está en peligro mientras que los otros dos, un joven y una joven de 19 años resultaron levemente heridos.

Primera observación: los tres hombres son «desfavorablemente conocidos por los tribunales», indica el fiscal de Marsella, Nicolas Bessonne, por actos de violencia relacionados con el tráfico de drogas en la región de Toulon. Sin embargo, los servicios desconocen a las dos jóvenes, incluida la que murió.

Se abrió una investigación y se contactó con la policía judicial. Una de las hipótesis de trabajo se centra en una posible emboscada, mediante una reunión o una transacción.

Se trata del episodio número 96 de violencia con armas de guerra desde principios de 2023. En total, 48 personas murieron y 113 resultaron heridas. Cifras vertiginosas en un contexto de guerra de clanes exacerbada, donde la violencia es desinhibida, a pesar de una política decidida de lucha contra el tráfico de drogas y sus puntos de venta, liderada por la jefatura de policía de Bocas del Ródano. Este pretende haber desmantelado definitivamente al menos cuarenta puntos del acuerdo.

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En cuanto a la policía judicial, que investiga y analiza estos equipos de asesinos, ya ha detenido al menos a cinco comandos desde principios de año, pero todos los observadores coinciden en constatar una preocupante renovación de los equipos.