Miles de personas huían de gases tóxicos que obligaron a evacuar sus hogares el miércoles después de que se produjera un incendio en una planta de reciclaje de plástico abandonada en el norte de Estados Unidos.

El incendio, que comenzó el martes, “se extendió a las dos estructuras en el sitio y a un almacén al aire libre”, dijo Dave Snow, alcalde de la ciudad de Richmond, Indiana, en una conferencia de prensa. “Era una fábrica que recolectaba plástico y otros materiales para reciclar o revender”, dijo.

Grandes columnas de humo negro eran visibles en imágenes publicadas por las autoridades. Un funcionario de la Agencia de Protección Ambiental dijo que sus equipos estaban realizando pruebas y aún no habían encontrado sustancias tóxicas, pero aún no habían podido revisar el interior de la zona de evacuación como medida de seguridad.

El jefe de bomberos del estado de Indiana, Steve Jones, dijo a los medios locales el martes que el humo era «tóxico». Agregó el miércoles que, aunque contenido, el incendio continuaría durante varios días. Se decretó una zona de evacuación de 800 km alrededor del lugar, lo que obligó a unas 2.000 personas a abandonar sus casas, según las autoridades y los medios estadounidenses.

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Según el concejal de la ciudad, Dave Snow, la ciudad consideró que el edificio no era seguro y ordenó a su propietario que lo mejorara, sin éxito. «El dueño de esta empresa es totalmente responsable de todo esto», dijo. «Fue negligente e irresponsable y eso puso en peligro a muchas personas».

Este desastre se produce dos meses después del descarrilamiento en Ohio de un tren que transportaba productos químicos, incluido el cloruro de vinilo, un químico cancerígeno y altamente inflamable que se usa en la fabricación de plástico. El gran incendio y luego las liberaciones controladas de esta sustancia, realizadas por las autoridades ferroviarias para evitar una posible explosión, habían provocado unas 2.000 evacuaciones y suscitado temores de graves consecuencias ambientales.