La suerte de una hembra de jabalí ha dividido la isla de Groix (Morbihan). Una cerda preñada, quizá huyendo de una cacería, cruzó a nado el océano Atlántico desde el continente (unos 9 km) para dar a luz lejos de la civilización el 16 de marzo. Ella dio a luz a tres cerditos. Los vecinos de la zona, que habían visto al animal, se sintieron conmovidos por este feliz acontecimiento. Otros temían que pudiera proliferar o incluso causar daños a viviendas y jardines. El lunes 25 de marzo por la tarde, la asociación de cazadores local disparó a la hembra y a sus cachorros.
Para Olivier Pressoir, presidente de la asociación de cazadores local, «los jabalíes fueron sacrificados a petición del ayuntamiento de Groix y de la federación departamental de cazadores», declaró al periódico regional Ouest France. Información desmentida por el alcalde de la localidad de Groix, Dominique Yvon. El concejal aseguró que no había dado “la orden de matarlos” aunque consideró “molesta” la presencia de jabalíes, sobre todo “en una isla de 14 km²”. Dominique Yvon añadió al periódico regional que, antes de la matanza, todavía estaba en conversaciones con la prefectura para tomar una decisión sobre el destino de la familia de mamíferos.
Al menos un jardín ya había sido saqueado, según declaraciones del teniente de alcalde y del presidente de la asociación de caza del Oeste de Francia. Pero el argumento no logró convencer al partido animalista, que se indignó en X (antes Twitter): “¡Es una verdadera guerra contra los animales salvajes! Estos individuos deberían haber sido capturados y liberados en otro lugar…»