Una pequeña hazaña: la selección francesa de balonmano femenino finalmente venció a Noruega en competición, además el domingo en casa en Trondheim (24-23), un éxito que le permite continuar su impecable desempeño en el Mundial y tener un cuarto más asequible. -final.
En lugar de enfrentarse a Holanda, primera del grupo IV, los Bleus, que dominaron el Grupo II de la ronda principal por delante de Noruega (10 puntos contra 8), se enfrentarán a la sorpresa checa, el martes todavía en Trondheim.
Los checos eliminaron a los españoles y representan un mal recuerdo para los campeones olímpicos que, reorganizados, perdieron contra ellos en abril de 2022 en el marco de la clasificación para la Eurocopa (31-30).
Pero los ‘bleus’ afrontan este tipo de revancha con plena confianza, después de haber conseguido una sexta victoria en otros tantos partidos y haber superado brillantemente la prueba contra los noruegos, vigentes campeones del mundo y dobles campeones de Europa.
En el camino, rompieron su racha negra ante los escandinavos, que habían ganado sus tres últimos enfrentamientos oficiales (28-20 en las semifinales de la Eurocopa-2022, 29-22 en la final del Mundial-2021 y 22- 20 en la final de la Eurocopa 2020). Los franceses ganaron remontando un mal comienzo (0-3) y parando la apisonadora noruega, aunque tan bien engrasada hasta ahora.
También pudieron confiar, una vez más, en una defensa de hierro, detrás de la cual Laura Glauser, conectada a corriente alterna desde el inicio del Mundial, realizó una actuación excepcional que desbarató a la máquina noruega, Camilla Herrem, en cabeza. Sus 10 paradas en 32 tiros no lo dicen todo sobre su partido, durante el cual ganó este duelo psicológico que tantas veces ganaron las noruegas en el pasado. Si bien hasta entonces había alternado con Hatadou Sako (un período cada una), Glauser jugó todo el partido.
Los actuales campeones olímpicos, que se beneficiaron de menos balones de contraataque que en sus partidos anteriores, debido a la eficiente retirada noruega, también contaron con el brazo derecho de larga distancia de Orlane Kanor (4/8) y el apoyo de la capitana Estelle Nze. Minko (6/8). Fue este último quien volvió a precipitarse en una ratonera para marcar el gol de la victoria, a 45 segundos del final, antes de que Glauser bloqueara, apretando cómodamente las piernas, el último intento de Stine Skogrand, a pocos segundos de la sirena. La guardameta fue celebrada por sus compañeras, que invadieron el campo y gritaron de alegría ante unos 8.000 espectadores en el Spektrum.
Con este éxito, los Bleus también abren un panorama final más favorable. Sólo podrán enfrentarse a los noruegos en una posible final, objetivo ahora totalmente accesible.