El sueño azul continúa. La selección de Francia superó este martes a Marruecos en los octavos de final del Mundial femenino en Adelaida, Australia (4-0). Una actuación con aires de partido de referencia, en la continuidad del ascenso de poder visto en la fase de grupos. Les Bleues han dominado su tema de la A a la Z, sin piedad para un equipo entrenado por el francés Reynald Pedros y con muchos jugadores conocidos, incluso amigos del francés.
15 minutos le bastaron a Kadidiatou Diani, autor de un hat-trick ante Panamá en el último partido (6-3), para abrir el marcador. Sakina Karchaoui y Selma Bacha, una asociación que dio dolores de cabeza a las marroquíes, se combinaron en el lateral izquierdo para un centro desde la primera. Diani sólo tuvo que cabecear (15º, 1-0). Kenza Dali, en la salida y en la conclusión, dobló la marca con un certero disparo al interior del palo, a un servicio de Diani (20º, 2-0).
Asfixiados, los marroquíes rápidamente se derrumbaron nuevamente. Nesryne El-Chad vio su claro bloqueado por la presión de Diani. Al acecho en el área, Eugénie Le Sommer dejó sin chance a la portera Khadija Er-Rmichi con un tiro cruzado desde la derecha, pequeño portería (23°, 3-0). Sandie Toletti estuvo cerca de llevar el punto a casa con media volea desde 16 metros (40º), y Marruecos volvió al vestuario sin el menor disparo, demacrado, con destellos de su catastrófica entrada ante Alemania el 24 de julio (6 -0).
De hecho, hubo una explosión de orgullo después del medio tiempo, suficiente para recordarnos que las Atlas Lionesses, que jugaban su primera Copa del Mundo, no eran de ninguna manera una farsa. Pero Pauline Peyraud-Magnin se ocupó del grano en sus salidas, por tierra (49º) o por aire (52º, 67º). Desinhibido durante 10 minutos, Marruecos devolvió rápidamente el control a Les Bleues, sereno y paciente. Le Sommer se vio recompensada por su faena con un doblete, servido brillantemente en el segundo palo por la fuego fatuo Vicki Becho (70º, 4-0).
Diani creyó imitarle, solo frente a la portería a seis metros, pero le atrapó un rebote, y mandó el balón a la grada (77º). Sin dramatismo: Francia se clasificó con estilo, sin forzar su talento y sin Maëlle Lakrar, incierta antes del saque inicial y cuyo regreso es de esperar, porque su reemplazante Élisa De Almeida, en apuros ante Panamá, multiplicó las subidas arriesgadas. Seguro que habrá menos margen ante Australia el sábado (12:30 horas), ante el país anfitrión en Sídney.