Examinaron de cerca su discurso a la nación. Mientras que los dirigentes de La Francia Insumisa han persistido, desde el inicio de la ofensiva de Hamás contra Israel el sábado, en situar la política del Estado hebreo y los crímenes cometidos por Hamás, Emmanuel Macron tomó la palabra el jueves por la tarde a las 20.00 horas. La oportunidad para afirmar que “Francia condena de la manera más enérgica estos actos atroces” y, sobre todo, que “Hamás es un movimiento terrorista”. Esto es precisamente lo que LFI se ha negado a reconocer en los últimos días.

A lo largo de su discurso, el Presidente de la República mostró también su solidaridad “inquebrantable” con Israel, que “tiene derecho a defenderse” contra el movimiento islamista “mediante acciones selectivas”, “preservando al mismo tiempo a las poblaciones civiles”. No se necesitaba menos para provocar la ira de los rebeldes. Empezando por su coordinador, Manuel Bompard. El diputado de Marsella consideró «inaceptable» que «el Presidente de la República no haya tenido una condena clara» de «los continuos actos del ejército israelí contra la Franja de Gaza». Lo cual “sería contrario al derecho internacional”. “Cuando nos comprometemos a respetar el derecho internacional, no aceptamos ni damos a un país el derecho a matar”, afirmó este amigo íntimo de Jean-Luc Mélenchon.

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La misma música de la presidenta de los diputados del Insoumis, Mathilde Panot, que ya se había distinguido hace unos días por negarse expresamente a calificar a Hamás de organización terrorista. Y esto, contrariamente a las definiciones de muchos organismos internacionales. El jueves por la tarde, el representante electo de Val-de-Marne se burló del discurso del presidente, que no habría incluido ni un «llamado a un alto el fuego» ni propuesto un «corredor humanitario para los 2 millones de civiles en Gaza atrapados sin agua, electricidad y acceso a la atención médica”.

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Mathilde Panot puede criticar al Jefe de Estado por no haber hablado de «la solución de dos Estados necesaria para construir una solución política y garantizar la seguridad de israelíes y palestinos», pero Emmanuel Macron recordó muy precisamente estas mismas condiciones para establecer una «paz duradera». Sobre este punto, el parlamentario rebelde consideró también que “nunca podrá resultar de una venganza recíproca”.

En cuanto al diputado del LFI, Louis Boyard, «sería difícil», tanto para Emmanuel Macron como para CNews, puestos al mismo nivel, «condenar la muerte de los 1.200 civiles palestinos asesinados en Gaza». “Hemos condenado todos los crímenes de guerra. Los de Hamás y los del Gobierno israelí. Macron no”, fustigó el joven de 23 años. «Una vida palestina no vale menos que cualquier otra». Si LFI comete, según Emmanuel Macron, una falta “moral, política y estratégica” al “confundir la causa palestina y la justificación del terrorismo”, sus tenores no cambian ni un ápice.