Gérald Darmanin sigue tocando su pequeña música. Aunque es menos ruidosa que cuando volvió a la política, a finales del verano, en Tourcoing. Si bien el Ministro del Interior había estado apuntando a Matignon durante varios meses, la reelección de Élisabeth Borne en julio puso fin a sus ambiciones. Una mala racha que llevó al primer policía de Francia a mostrar un poco más su juego: en una larga entrevista concedida a La Voix du Nord, no dudó en criticar la estrategia de la mayoría frente a las clases populares, entre las cuales quiere ser el portavoz dentro de la macronieta y alertar contra una victoria de Marine Le Pen en 2027. La ofensiva mediática, que se intensificó a finales de agosto, no se debe a la coincidencia: se produjo unos días antes de la primera presidencia de Gérald Darmanin. Retorno político a la ciudad de la que fue alcalde.
Ante esta agitación política, Élisabeth Borne, que “no tenía previsto pasar este último fin de semana de agosto en Tourcoing” para este “evento informal”, fue finalmente invitada en el último momento a pronunciar un discurso. Manera de llamar al orden a su propio ministro de medios de comunicación y de vigilar a quien mostró, a modo de provocación, sus aspiraciones presidenciales. En unas confidencias en Le Point, publicadas este jueves, Gérald Darmanin volvió sobre este episodio. “Puedo entender este movimiento del Primer Ministro, pero quiero decirles: “no tengan miedo””, aconseja el inquilino de la plaza Beauvau.
Y para compartir su análisis con la jefa de Gobierno, de la que a menudo se ha dicho que era demasiado tecnocrática y poco estratégica: “No debemos temer retornos políticos, activistas, estos momentos en los que Fred no está de acuerdo con Robert… “La política también significa tener sensibilidades diferentes”, insiste el ministro del Interior. «Expresarlos no significa romper». Eso es todo por la aclaración.
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Si la celebración de un evento de este tipo, cuatro años antes de las elecciones presidenciales, había ocupado la mente de la mayoría y había atraído todas las luces, Gérald Darmanin no tiene intención de cambiar su estrategia y bajar el tono de su franqueza a pesar de una posible reformulación. Según el miembro del ejecutivo, tiene dos opciones: “O me quedo en el sofá y me quejo, o hago política. Elegí lo segundo, aunque eso significara recibir un tirón de orejas”.
Si quiere seguir sacudiendo el ecosistema político, el ministro del Interior modera sus objetivos elíseos: “Ya lo he dicho, creo que Édouard Philippe está en mejor posición. Ciertamente tenemos sensibilidades diferentes. Si puede ganar y escucha, obviamente lo ayudaré”. Una encuesta de Harris Interactive para Challenges, publicada el miércoles, mostró que Édouard Philippe, candidato putativo a la mayoría en 2027, obtendría el 22% de los votos en la primera vuelta, la puntuación más alta entre todas las opciones analizadas. Gérald Darmanin sólo obtendría “sólo” el 14% de los votos y estaría dos puntos por delante de Jean-Luc Mélenchon. Independientemente de su cargo dentro de unos años, el ministro no pretende “estar en situación de aplaudir al próximo candidato en la sala”: quiere “participar activamente en la vida de (su) país”.