Las operaciones de carga de combustible de uranio en el nuevo reactor nuclear EPR de la central eléctrica de Flamanville (La Mancha) finalizaron el miércoles, paso previo a la puesta en marcha gradual del lugar. “La carga de combustible terminó ayer (miércoles) hacia las 12 horas”, explicó a un periodista de la AFP el director general adjunto de la ASN, Julien Collet.

La maniobra comenzó el 8 de mayo en la piscina del edificio del reactor. EDF había obtenido la autorización de la ASN el día anterior, al final de un proyecto largo y difícil. El EPR, el 57º reactor francés y el más potente del parque, debía recibir en su tanque unos 60.000 “lápices”, finos tubos de cinco metros de largo que contenían bolitas de uranio.

“Después cerramos el tanque. Luego se realizan las pruebas en un tanque cerrado, y después vienen las etapas de aumento de presión y temperatura, que permitirán probar otros dispositivos de seguridad”, describió el jefe del organismo de vigilancia nuclear, al margen de la presentación del informe. Informe anual de la ASN sobre el estado de la seguridad nuclear en Francia. “Las operaciones de puesta en marcha continúan según lo previsto”, dijo EDF el jueves.

De hecho, aún quedan por delante varias etapas antes de que el reactor pueda entregar sus primeros electrones, lo que se espera para el verano. En el ascenso de presión y temperatura de la caldera se espera un primer hito en los 110 grados. Este paso no requerirá una opinión formal de la ASN, pero tendrá tres días para emitir un posible veto.

La policía nuclear, sin embargo, tendrá que emitir su acuerdo antes del lanzamiento de la “divergencia”, la primera reacción de fisión nuclear. Luego, cuando el reactor esté cerca de alcanzar el nivel de potencia del 25%, se podrá conectar a la red eléctrica (el “acoplamiento”). Se espera que la producción total de energía esté a finales de año.