Los trabajadores cualificados alemanes que trabajan y viven en el extranjero temen un problema fiscal: un nuevo decreto del Ministerio Federal de Finanzas podría provocar una doble imposición y pagos atrasados. El Ministerio Federal de Finanzas da el visto bueno.
Enviar trabajadores cualificados al extranjero es la clave del éxito internacional para muchas empresas alemanas. Los llamados expatriados (para abreviar expatriados) abandonan Alemania para ocupar puestos importantes en países como Estados Unidos, China o India. Estas personas están siendo examinadas ahora por las autoridades fiscales alemanas, lo que podría tener consecuencias de gran alcance.
Un nuevo decreto del Ministerio Federal de Finanzas (BMF) del ministro Christian Lindner estipula que los expatriados que tengan la promesa de su empleador de regresar, conservar su apartamento alemán o continuar activos en clubes locales deben seguir estando obligados a pagar impuestos en Alemania. Así lo informa la revista Wirtschaftswoche. Esta definición difiere de la norma habitual, según la cual la tributación se realiza en el país de trabajo y de residencia.
Esta nueva regulación representaría un desafío importante para las empresas y sus empleados desplazados y, por lo tanto, provocaría una falta de comprensión. Jens Goldstein de la consultora “Ernst
Las consecuencias del decreto son graves: las empresas podrían ser acusadas de evasión fiscal debido a declaraciones incorrectas de impuestos sobre la nómina, afirmó Goldstein. Los expatriados corren el riesgo de sufrir una doble imposición si los países en los que trabajan también cobran impuestos.
Una portavoz del Ministerio Federal de Finanzas lo rechazó expresamente. Además, no se trata de una norma nueva, sino simplemente de una actualización de las instrucciones administrativas existentes de los gobiernos federal y estatal, teniendo en cuenta la situación jurídica actual y la jurisprudencia del Tribunal Federal de Finanzas (BFH).
La portavoz explicó que se evita una posible doble imposición mediante los llamados convenios de doble imposición. El derecho a tributar se asigna al “estado de residencia” o al “estado de actividad”. Sin embargo, sólo puede haber un país de residencia; esto resulta complicado si el empleado tiene un apartamento en ambos países y, por lo tanto, se considera que tiene doble residencia. En este caso, se considera estado de residencia el estado en el que se encuentra el centro de vida del empleado.
Benjamin Koller, de la Asociación Federal de la Industria Alemana, destaca que los desplazamientos al extranjero son habituales y esenciales para la industria alemana. Lo que resulta particularmente problemático es que el nuevo reglamento debería aplicarse retroactivamente a todos los casos que aún están abiertos. “Es urgente revisar la carta del BMF”, exige Koller.