Los protocolos del Instituto Robert Koch para evaluar la situación del coronavirus suscitaron en marzo un debate. ¿Quién está detrás de los nombres tachados? Una nueva versión de los protocolos proporciona cierta información.
Aproximadamente dos meses después de las especulaciones sobre influencias externas en la evaluación de riesgos de la situación del coronavirus realizada por el Instituto Robert Koch (RKI), el instituto publicó protocolos para consultas sobre la crisis del coronavirus, en gran parte sin textos. El instituto pone a disposición los documentos por “interés público”, como dijo el jueves. El ministro federal de Sanidad, Karl Lauterbach (SPD), ya había anunciado esta medida en marzo.
El detonante fue la publicación de los protocolos desde enero de 2020 hasta abril de 2021 por la revista online “Multipolar”. El portal, que se ha propuesto presentar diferentes perspectivas sobre cuestiones sociales y políticas, es considerado por los críticos como una publicación narrativa de conspiraciones. Según sus propias declaraciones, “Multipolar” obligó a publicar las actas publicadas mediante acciones legales a raíz de una solicitud en virtud de la Ley de Libertad de Información.
El hecho de que en aquel momento se hubieran tachado numerosos pasajes generó un debate sobre la independencia del RKI. En un protocolo del 16 de marzo de 2020, la versión anterior dice: “Debería ampliarse esta semana. La evaluación de riesgos se publicará tan pronto como (pasaje redactado) dé una señal”.
“Multipolar” dedujo que el endurecimiento de la evaluación de riesgos como base para posteriores restricciones de Corona no se basó en una evaluación técnica del instituto, sino en instrucciones políticas de un actor externo. Su nombre está tachado en el acta. El Ministerio Federal de Sanidad anunció entonces que en tales contextos se tachaban los nombres porque también había que proteger a los empleados. En la versión publicada ahora por el RKI queda claro que el nombre del entonces vicepresidente del RKI, Lars Schaade, que ahora es presidente del RKI, está oculto.
El RKI justificó las censuras del jueves con la protección de datos personales, la propiedad intelectual, los secretos comerciales y comerciales, así como con preocupaciones públicas especiales, como la seguridad interior y pública, así como las relaciones internacionales. Ahora se han vuelto a comprobar los protocolos para ver qué pasajes aún deben volverse irreconocibles. En la nueva versión, sólo se ocultan determinados datos personales, así como secretos comerciales y de empresas de terceros.
Los documentos cubren el período comprendido entre enero de 2020 y abril de 2021. “El RKI debe publicar las actas restantes hasta el final de las reuniones en julio de 2023 lo antes posible después de una revisión adecuada y la participación de terceros”, anunció el instituto el Jueves.