Le Figaro Niza
Dos meses después de las primeras alertas sobre molestias olfativas detectadas en determinados distritos de Niza (Alpes Marítimos), las autoridades acaban de identificar su origen. Una empresa de pavimentación de carreteras situada en la vecina localidad de La Trinité, en la zona industrial de Oli, fue atacada tras diversos estudios cruzados y en profundidad. A principios de febrero, los vecinos reportaron olores sospechosos a gas, huevos podridos, azufre e incluso olor a gasolina e incluso a quemado.
Las quejas procedían principalmente del popular barrio de Cimiez, en el noreste de la capital de la Riviera, pero podrían haberse extendido al barrio de Libération, Rimiez y cerca del hospital Pasteur. Estos olores siguieron siendo episódicos, pero volvieron a aparecer la semana pasada. Los alcaldes de Niza, Christian Estrosi, y de La Trinité, Lasdilas Polski, designaron a su vez a la empresa Seca, filial de Eiffage-Colas que fabrica betún a base de brea. Sin embargo, los primeros estudios de Atmosud, organización regional que monitorea y estudia la calidad del aire, no confirmaron esta pista.
Investigaciones complementarias de la Dirección Regional de Medio Ambiente, Ordenamiento y Vivienda (Dreal) concluyeron estableciendo «una correlación», según la prefectura, entre los períodos de producción de betún en este lugar y las diversas denuncias por olores nauseabundos. El refinado modelado de Atmosud también localizó la fuente de los olores cerca de esta central eléctrica con un nivel de probabilidad de entre el 50 y el 80%. Por lo tanto, ya no se permitieron dudas y el misterio finalmente se resolvió.
El 26 de marzo, el prefecto de Maralpin, Hugues Moutouh, escribió a los responsables de la empresa Seca para pedirles que presentaran en un plazo de diez días “las medidas adoptadas en sus instalaciones para cumplir las exigencias reglamentarias en materia de reducción de olores”. Estas molestias olfativas no tuvieron consecuencias para la salud de los servicios sanitarios ni de los médicos de Niza, que aún querían tranquilizar a los servicios estatales.