La ONU reafirmó el viernes 5 de mayo su «compromiso de permanencia» en Afganistán para ayudar a la población, tras una evaluación del funcionamiento de sus operaciones en el país lanzada tras la prohibición de que las mujeres afganas trabajen para las Naciones Unidas.

A principios de abril, la ONU anunció que el gobierno talibán prohibía ahora a sus empleados afganos, hasta ahora al margen de este tipo de medidas aplicadas a las ONG, trabajar con la organización en todo el país.

La misión de la ONU en Afganistán (UNAMA) lanzó entonces una revisión de sus operaciones, hasta el 5 de mayo. UNAMA «reafirma su compromiso de permanecer y actuar, en nombre de los hombres, mujeres y niños de Afganistán, y hace un llamado a nuestros donantes para que continúen financiando la ayuda que la población necesita», dijo a los periodistas Farhan Haq, portero. General de las Naciones Unidas.

En un comunicado emitido en Kabul, la UNAMA condenó nuevamente la prohibición que «socava gravemente nuestro trabajo, incluida nuestra capacidad para llegar a todas las personas necesitadas». Pero «no podemos retirarnos a pesar de los desafíos», insistió, y agregó que había realizado «consultas exhaustivas con múltiples actores afganos, incluida la sociedad civil y grupos de mujeres, y con los Estados miembros y los donantes».

“Al mismo tiempo, continuamos nuestro compromiso centrado, constructivo y de principios con las autoridades talibanes de facto para asegurar la revocación de esta prohibición y garantizar la seguridad de todo el personal de la ONU”, agregó el comunicado. “Por el momento, podemos simplemente decir que las entidades de la ONU sobre el terreno en Afganistán continúan discutiendo las modalidades de trabajo apropiadas” y que “las operaciones humanitarias continúan”, especificó Farhan Haq. “Nuestra política con respecto a nuestro personal será evaluada constantemente”, agregó.

Desde la prohibición, la UNAMA ha pedido a todos sus empleados afganos, hombres y mujeres, que trabajen desde casa, pero otras entidades de la ONU en el país tienen «diferentes formas de manejar la situación», señaló. Desde su vuelta al poder en agosto de 2021, los talibanes han vuelto a la austera interpretación del islam que supuso su primer paso al frente del Gobierno (1996-2001) y han multiplicado las medidas draconianas contra las mujeres.