Dos mujeres y un hombre comparecen desde el martes 28 de marzo ante el Tribunal de lo Penal de París por el asesinato en 2019, en un contexto de brujería vudú, de una mujer de 36 años, esposa de uno de los acusados. En el recuadro, los tres acusados ​​declinan sus identidades.

Christy Daupin, la esposa, de largas trenzas anudadas en la espalda y anteojos rectangulares en la nariz, es una exagente de la RATP de 42 años. Iven Webster, 30, holandés de origen haitiano, ex cocinero, pelo corto, pequeño bigote, es sospechoso de ser el intermediario con la sacerdotisa vudú.

Sabrina Moreau, larga melena castaña cayendo alrededor de su rostro despeinado, pañuelo apretado en mano, ex empleada comercial de 32 años, era la nueva acompañante de Christy Daupin. Sylvia G., madre de dos niños pequeños y empleada de un rótulo de bricolaje, había sido asesinada en el sótano de su edificio en París, durante una auténtica «emboscada» según la fiscalía.

Según uno de los acusados, fue una “sesión de desencanto que salió mal”. El cuerpo de la víctima fue descubierto un mes después entre la maleza en la región de París. Los investigadores se interesaron rápidamente por las tensiones que existían en la pareja que formaba con Christy Daupin. Casadas en 2014, las dos mujeres vivían bajo el mismo techo pero habían estado separadas durante un año.

Sylvia G. había dado a luz mellizos en 2013 y se había iniciado un trámite de adopción en beneficio de su esposa. Pero la víctima había confiado poco antes a sus familiares que ya no quería que Christy Daupin pudiera ejercer derechos sobre los niños. Varios testimonios denunciaron violencia y amenazas de muerte por parte de Christy Daupin quien sospechaba, según la fiscalía, que su esposa había sido embrujada por su nueva novia.

Según la investigación, uno de sus coacusados, Iven Webster, la había puesto en contacto en 2018 con una «sacerdotisa vudú» que vivía en Haití. Christy Daupin se imbuyó rápidamente de esta creencia y la convenció de que Sylvia, bajo la influencia de un hechizo, quería matarla, «vender las almas de sus hijos», incluso vender los órganos de los gemelos. Según la fiscalía, el asesinato de Sylvia G. ocurrió en presencia de Christy Daupin, su nueva relación sentimental, Sabrina Moreau e Iven Webster. No se pudieron determinar las causas de la muerte. Solo Sabrina Moreau reconoce la intención homicida, explicando durante la investigación que la “bruja vudú” había convencido a Christy Daupin de la necesidad de eliminar a Sylvia G.