Unas 200 personas, según un periodista de la AFP, se manifestaron el sábado contra la tala de grandes castaños para ampliar un vivero municipal en el distrito 19 de París, elegido por los ecologistas de la mayoría para defender «un nuevo modelo de ‘urbanismo’. .

«Defendemos un nuevo modelo de planificación urbana en el que los árboles tienen su lugar», explicó a la AFP David Belliard, teniente de alcalde de París encargado de la transformación del espacio público, que acudió a la movilización en la calle Préault, en el distrito de Plateau. . «Formamos parte de esta mayoría pero esta movilización nos ayuda a ejercer presión» sobre estos temas, añadió la presidenta del grupo ecologista del Consejo de París, Fatoumata Koné.

El proyecto al que se oponen los vecinos – una petición ha recogido más de 1.700 firmas – prevé la reconstrucción de la guardería, construida en los años 1960 y no renovada desde los años 1980, en el espacio verde al otro lado de la calle, actualmente protegido por 12 castaños que serían talados.

“Necesitamos esta guardería. El distrito de Plateau es uno de los más deficitarios de París (en plazas para niños), no podemos, de cara al futuro, privarnos de él», explicó a la AFP el alcalde del PS del distrito 19, François Dagnaud, contactado por teléfono. La nueva guardería deberá contar con 99 camas en lugar de las 84 actuales.

«Enfrentar una guardería y árboles conduce a un callejón sin salida», afirmó, favoreciendo «una solución, y estamos trabajando para encontrarla, que nos permita reconstituir la guardería y preservar los árboles». Dijo que lo había discutido con la alcaldesa socialista de París, Anne Hidalgo.

«Me parece muy curiosa esta elección de talar árboles, sobre todo teniendo en cuenta la mayoría de izquierdas, y me sorprende», explicó in situ Guillaume Thura, de 47 años. “Hoy hace 35°C, la calle está protegida de este calor gracias a los árboles”, argumentó. Viviendo “al lado”, este empleado de Educación Nacional descubrió el proyecto y la movilización a través de los dibujos realizados por los niños de su establecimiento.

Louise Neri, médica de 46 años, expresó la misma incomprensión y afirmó que «compró aquí después del confinamiento por el Covid-19 porque el barrio es verde: te hace respirar y lo necesitábamos».