Por ahora, la marea no está cambiando. E incluso es una tormenta que bien podría estar acechando. Así lo sugiere la última edición de nuestra encuesta de consultoría Odoxa Backbone realizada para Le Figaro, que revela que no solo el apoyo a la movilización contra la reforma de las pensiones sigue siendo alto (66%), sino que se espera que el movimiento dure, incluso se convierta en radicalizado
En detalle, como era de esperar, son los simpatizantes de izquierda los que siguen siendo los más movilizados detrás de los manifestantes, con un apoyo en aumento del lado de los Insoumis (96%, 5 puntos), un claro aumento para los ecologistas (14), y nuevamente más entre los socialistas (20). Incluso los partidarios de la mayoría presidencial se están desvinculando lentamente de su líder (17%, 8), y solo el electorado de derecha muestra reservas (30%, -4 en LR; 78%, 1 en RN).
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A pesar de la disminución de la movilización registrada durante su décima edición, el 28 de marzo, seis de cada diez franceses (59%) también piensan que el movimiento continuará, y tal vez incluso se vuelva cada vez más violento. “Es en la izquierda y en RN donde más anticipamos una continuación y radicalización del movimiento, mientras que en Renaissance y en LR queremos creer, por el contrario, que las manifestaciones y la violencia pronto serán cosa del pasado”, subraya la directora general de Odoxa, Céline Bracq. “Igualmente, los más jóvenes, aún más enfadados desde la aplicación del 49-3, están más convencidos de que la movilización se mantendrá y degenerará”, prosigue.
En este contexto, los franceses esperan un gesto del presidente. La del cambio, en particular de su Primer Ministro, incluso de todo el Parlamento. Por lo tanto, una reorganización sin cambio de jefe de gobierno no es muy popular (22 %), mientras que se alienta más la sustitución de Elisabeth Borne (61 %). Aún más radical, la disolución de la Asamblea Nacional parece ser una buena idea para el 58% de los encuestados. En particular, los más opuestos a la reforma están del lado de La France insoumise (76%) y el Rally Nacional (72%). O bien los dos partidos compiten desde hace semanas por ocupar el papel de primer opositor a Emmanuel Macron, y así aprovechar el impasse en el que se encuentra el Ejecutivo.
La propuesta de «mediación», formulada por el jefe de la CFDT Laurent Berger y presentada como una «salida» -pero rechazada por el momento por el ejecutivo- también encuentra una opinión favorable. El hecho de «pausar» la reforma para el momento de un diálogo es aprobado por el 78% de los franceses, incluidos dentro de los republicanos (68%), y renacentistas en menor medida (42%).
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Laurent Berger también destaca como uno de los ganadores de este enfrentamiento, alcanzando un 58% de opiniones favorables, un aumento de veinte puntos. El líder de la CGT, Philippe Martínez, también es más atractivo (49%, 9). Una baza de la que pocas figuras políticas en el poder pueden presumir en estos momentos. Emmanuel Macron pierde así diez puntos (23 %), cuando su primer ministro pierde cuatro (25 %).