Robert García, miércoles 15 de mayo, no ocultó su enfado. El primer funcionario electo de origen latino abiertamente gay en sentarse en el Congreso, en Washington, el peruano-estadounidense denunció el nuevo decreto publicado en su país de origen «destinado a atacar y etiquetar a los peruanos transgénero y no binarios como «mentalmente enfermos»», que lo considera «discriminatorio, peligroso y vergonzoso».
El Ministerio de Salud de Perú emitió este viernes este decreto para actualizar el Plan de Seguro Esencial de Salud (PEAS), documento que detalla la lista de enfermedades e intervenciones que se pueden asegurar. Procedimientos médicos, medicamentos, operaciones hospitalarias… allí está todo indicado.
Este plan sigue la recomendación de la OMS sobre la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10), vigente desde hace 30 años, sustituida en 2022 por la CIE-11. En concreto, el CIE es un sistema que permite identificar cada patología y sirve de base para organizar los sistemas sanitarios de cada país.
En 2018, cuando se anunció el contenido de la CIE-11, la ausencia de la transexualidad en la categoría de enfermedades mentales provocó una acalorada controversia en varios países del mundo. La homosexualidad y la bisexualidad fueron eliminadas de la CIE-10 en 1992 y ya no se consideraban patologías.
Pero el gobierno de la presidenta peruana Dina Boluarte se niega a cambiar la clasificación. Se mantuvo basado en la CIE-10. Este nuevo decreto va aún más lejos, con «la adición de siete diagnósticos CIE-10», ausentes hasta ahora, en la sección dedicada a las personas que padecen problemas de salud mental y que podrían beneficiarse de «intervenciones y prestaciones asegurables». Estos incluyen la transexualidad, el travestismo y el trastorno de identidad de género.
Este cambio evidentemente es muy criticado por las asociaciones y organizaciones LGBT peruanas. El Colectivo Marcha del Orgullo ya ha pedido al Ministerio de Sanidad que reconsidere este cambio, “en base a las indicaciones de la OMS que recomienda el uso de la CIE-11”. El decreto «más bien deja la puerta abierta a las terapias de conversión, así como al uso de hormonas con el objetivo de ‘corregir la homosexualidad’, terapias que son consideradas torturas según el derecho internacional», afirmó Jorge Apolaya, portavoz del Orgullo de Lima. Colectivo Marcha, al diario El Comercio.
Ante la polémica, el Ministerio de Salud aclaró esta semana que «el género y la diversidad sexual» no son «enfermedades ni trastornos», pero explicó que había actualizado el PEAS «para asegurar que la cobertura de atención sea integral en materia de salud mental». «La implantación gradual de la CIE-11 está comenzando, como ocurre en otros países», aclaró también el ministerio, añadiendo que «la orientación sexual y la identidad de género de una persona» no deben «ser objeto de terapia de conversión».