Bomberos de las crisis sanitaria y energética, los alcaldes sirvieron de salida a la violencia desatada durante los disturbios y se espera que los ataques contra ellos aumenten un 15% en 2023, incluso si «resisten» las crisis, según una encuesta de Cevipof publicada el domingo por Le Monde. Con cerca de 8.000 encuestados, la quinta encuesta del Cevipof, realizada para la Asociación de Alcaldes de Francia (AMF) dos días antes de su congreso, obtuvo un índice de respuesta «excepcionalmente alto», comenta su autor, el politólogo Martial Foucault.

Según él, una señal de que los cargos electos tenían “mensajes que transmitir”, cinco meses después del espectacular atentado con coche contra la casa del alcalde de L’Haÿ-les-Roses (Val-de-Marne). Después de un aumento del 32% en los ataques en 2022, o 2.265 denuncias y denuncias, el Ministerio del Interior cuenta con un nuevo aumento del 15% en 2023. En total, el 69% de los alcaldes entrevistados por Cevipof declaran haber sido víctimas de incivilidad ( 16 puntos respecto a 2020), el 39% ha sufrido insultos e insultos (10 puntos) y el 27% ha sido atacado en las redes sociales (7 puntos), siendo la violencia física poco frecuente.

Otra lección: la tasa de dimisiones de alcaldes ha aumentado un 30% respecto al mandato anterior, con más de 1.300 contabilizadas desde 2020, una cifra que revela la “fatiga republicana”. Entre los factores explicativos, Martial Foucault menciona un “sentimiento de impotencia” entre los alcaldes, ante la realidad cada vez más compleja y lenta de su misión. Los alcaldes también citan las «exigencias demasiado altas de los ciudadanos» y las dificultades para conciliar el ejercicio del mandato y la vida personal o profesional. La insuficiencia de la indemnización sólo ocupa la séptima posición.

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Cuando se les preguntó qué debería cambiarse, el 50% sugirió aumentar sus emolumentos, a expensas del Estado. “Si no se comprometen a ganar dinero, tampoco están dispuestos a perderlo”, señala el autor. Los alcaldes también piden un aumento de las horas de crédito concedidas por su empresa para ejercer su mandato y el establecimiento de un número mínimo obligatorio de ausencias financiadas por la empresa. Con una edad media de 60 años, 8 de cada 10 alcaldes son hombres y el 40% están jubilados.

Dedican una media de 32 horas semanales a su mandato y reciben un nivel medio de remuneración comparable al salario mínimo por hora (10,85 euros brutos) en los municipios más pequeños, el doble para los de más de 50.000 habitantes. Con casi un millón de candidatos a las elecciones municipales, el compromiso local «aún no está amenazado» y «los alcaldes se resisten a la acumulación de crisis», concluye el autor, aunque según él es necesario «revisar las condiciones de ejercicio».