Montreal apuesta por una amplia red de casi 200 kilómetros de tranvías para cubrir la mayor parte de su territorio de este a oeste de aquí a 2050. En el norte de la isla, la intención es aumentar los servicios de autobuses rápidos (SRB). Y en un horizonte de 25 años, la Ciudad también quiere reactivar la línea rosa, un proyecto querido por Valérie Plante.

Esto es lo que aprendemos en el Plan de Urbanismo y Movilidad (PUM) 2050, hecho público este martes. Un mapa de la visión del transporte público de la ciudad muestra el alcance de las ambiciones de la ciudad, que quiere desarrollar una red de tranvía «que conecte el territorio de este a oeste con la línea naranja» en sólo 15 años.

En total, los diez circuitos de tranvía propuestos sumarían 184 kilómetros. No se ha propuesto ningún calendario ni costes, pero la ciudad habla de “grandes inversiones”, de decenas de miles de millones de dólares.

“Somos muy conscientes de que no controlamos las decisiones financieras relativas al desarrollo del transporte. En general, dependemos bastante del gobierno […], pero para nosotros era importante mostrar el camino”, afirmó el martes la alcaldesa de Montreal, Valérie Plante, reiterando que esta visión es en cierto modo “un regalo para Quebec y su país”. su futura agencia de transporte.

Por el momento, sólo está previsto un proyecto de tranvía en la metrópoli, el Proyecto de Estructuración del Este (PSE), que sustituyó al desaparecido REM de l’Est. A finales de mayo, La Presse reveló que la última versión del proyecto tendría una longitud de 38 km, 31 estaciones, un coste de 18.600 millones y se extendería desde el este de Montreal hasta Repentigny, con una parte subterránea bajo la Rivière des Prairies. La entrega está prevista para 2035.

En el noreste de la isla, la ciudad pretende centrarse más en el desarrollo masivo de rutas del Servicio Rápido de Autobuses (SRB), como ya ocurre en el eje Pie-IX. La ciudad pretende, en particular, desarrollarlos a lo largo de la línea naranja, así como en Rivière-des-Prairies-Pointe-aux-Trembles, o incluso en Montréal-Nord.

También se espera que se multiplique en el centro y el sur de la isla el principio de un “corredor de movilidad sostenible”, que combinará una SRB con una red de bicicletas exprés (REV), como está previsto hasta 2027 en el bulevar Henri-Bourassa. Todo ello iría acompañado de un importante desarrollo de los carriles reservados; Según el PUM, una decena de ellos se encuentran actualmente “en estudio”.

Dentro de 15 años, la administración Plante también espera que se “completará” la extensión del ramal occidental de la Línea Naranja. Hasta la fecha, el escenario más propuesto es una ampliación al norte de la estación Côte-Vertu, pasando por la futura estación REM de Bois-Franc hasta Laval.

A largo plazo, en 2050, las prestaciones del transporte público se verían «mejoradas con la incorporación de una nueva línea de metro, la línea rosa», se lee en el PUM, que da muy pocos detalles sobre su posible recorrido. Su forma actual, denominada «gran proyecto del Suroeste», debería conectar por el momento Lachine con el centro de Montreal, pero no ha dado ningún paso formal más allá de la consulta.

En última instancia, Montreal pretende añadir “casi 300 kilómetros de infraestructura” a su red estructurante de transporte público en sólo 25 años. Esto aumentaría la proporción de la población con acceso a un sistema de transporte cerca de donde viven del 30 al 75 por ciento.

En cuanto al transporte activo, el municipio pretende “duplicar el tamaño de la red ciclista superior”, añadiendo más de 450 kilómetros de carriles de dos ruedas. De este modo, esperamos seguir instaurando una “cultura ciclista”, incluso en invierno, ya que el aumento de usuarios recurrentes ya ha aumentado un 42% entre 2015 y 2020.

Como reveló La Presse el martes, la idea es desarrollar 200.000 unidades de vivienda más, el 20% de las cuales estarían “fuera del mercado”, para estimular el uso del transporte público. A corto plazo, la ciudad pretende alcanzar un umbral del 12% de viviendas “no de mercado” en un plazo de 10 años. Esta tasa es actualmente del 7%.

“Queremos desbloquear el potencial de desarrollo de Montreal. Y eso implicará objetivos de densificación inteligentes”, explicó Plante en una entrevista.

Para ello, el Ayuntamiento dará paso a una nueva medida de densificación, basada en viviendas por hectárea, con baremos para zona de baja, moderada o alta densificación. Un sector clasificado como de primera categoría podrá desarrollar entre 15 y 60 viviendas por hectárea, mientras que un distrito considerado “moderado” podrá tener entre 60 y 200 viviendas por hectárea. Finalmente, en los niveles más altos de densificación podremos superar las 200 viviendas por hectárea.

En cuanto a las alturas autorizadas, ésta dependerá de los sectores y distritos, los cuales podrán especificar su normativa. Sin embargo, se mantendrá el principio de predominio de la altura del Monte Real.