Una prisionera kurda en Irán se cosió la boca antes de iniciar una huelga de hambre para protestar por el hecho de que no pudo obtener permiso para salir, informó el domingo (6 de agosto) un grupo de derechos humanos. Detenida durante tres años, Soheila Mohammadi se cosió la boca en la prisión de la ciudad de Urmia, en el noroeste de Irán, indicó la ONG Hengaw, con sede en Noruega.

Detenida en otoño de 2020, había sido condenada a cinco años de prisión por pertenecer al grupo armado PJAK (Partido por una Vida Libre del Kurdistán) que lucha por la autodeterminación de la minoría kurda en Irán y que está vinculado a el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), tildado de «terrorista» por Ankara y la UE. Hengaw, un grupo de derechos de los kurdos iraníes, dijo que a Soheila Mohammadi no se le permitió reunirse con el fiscal regional para pedir permiso. La madre de uno, Soheila Mohammadi, había intentado suicidarse a principios de este año apuñalándose en el pecho, antes de ser rescatada por otros reclusos, según Hengaw.

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Las regiones de población kurda del oeste y noroeste de Irán estuvieron entre las más activas durante el movimiento de protesta que estalló en septiembre de 2022 contra las autoridades iraníes, y cientos de personas fueron arrestadas durante la represión que siguió, según las ONG de derechos humanos. El movimiento de protesta se desató en todo el país tras la muerte de Mahsa Amini, una joven kurda iraní detenida por la policía moral que la acusó de haber infringido el estricto código de vestimenta impuesto a las mujeres.