Guatemala recupera el control de una prisión de máxima seguridad. Los pandilleros se habían instalado allí como en un hotel.
En una operación importante, la policía guatemalteca recuperó el control de una prisión que anteriormente estaba controlada por pandilleros. Según informó The Tico Times, más de 200 presos han sido trasladados de la institución, también llamada «El Infiernito» o «el pequeño infierno». Anteriormente, los internos llevaban una vida verdaderamente lujosa.
Alrededor de 400 policías participaron en el operativo para sacar de prisión a 225 miembros de la pandilla Barrio 18. “La prisión vuelve a pertenecer al país”, anunció el ministro del Interior, Francisco Jiménez, en X, antes Twitter, y prometió que la instalación sería completamente destruida y reconstruida como una verdadera instalación de alta seguridad.
Imágenes publicadas por funcionarios de la prisión de Escuintla, a unos 70 kilómetros al sur de la capital, Ciudad de Guatemala, mostraron que los reclusos incluso tenían acceso a aire acondicionado, además de refrigeradores y gallineros.
El Tico Times informa además que durante una búsqueda anterior, la policía descubrió un «centro de llamadas» improvisado a través del cual los pandilleros coordinaban la extorsión y planeaban nuevos crímenes. En
Los centros de detención guatemaltecos son conocidos internacionalmente por sus condiciones potencialmente mortales. Una investigación publicada por la Embajada de Estados Unidos en Guatemala revela los enormes agravios: el hacinamiento, el saneamiento inadecuado, la falta de atención médica, la pérdida de control por parte de las autoridades y la violencia entre los reclusos representan un riesgo significativo para la población carcelaria.
En septiembre de 2023, alrededor de 21.000 reclusos varones estaban encarcelados en instalaciones diseñadas para albergar a 7.045 personas y casi 2.900 reclusas estaban encarceladas en centros de detención con una capacidad para 937 personas, según las autoridades penitenciarias. Eran habituales la ventilación, el control de la temperatura y la iluminación inadecuados, las dificultades para el suministro de agua potable y las quejas sobre la alimentación inadecuada. Además, la venta y el consumo de drogas ilegales estaban generalizados.
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