(París) ¿Pueden los graffitis valer fortunas o “no tienen valor”, como profesan algunos puristas del “arte callejero”? La justicia francesa examinó estas cuestiones el lunes, a través del caso de un hombre juzgado por el robo en 2019 de una obra de Banksy pintada en la parte trasera de una señal de tráfico.
Para el acusado, Mejdi R., de 38 años, músico artista que admite su participación en los hechos, “el graffiti en la calle no tiene valor”.
Y si robó este dibujo, realizado en la parte posterior de un gran cartel que indica la entrada a un aparcamiento, en el centro de París, fue a petición de su autor, afirmó ante el tribunal el treintañero.
El célebre artista callejero británico habría querido impedir que otros se apropiaran o lucraran con su obra y además “denunciar la hipocresía del sistema capitalista que dice qué obra tiene valor y cuál no”.
Por tanto, el acusado cree que no “robó bienes culturales”, sino que sólo “participó en el daño a una placa de metal”. Pero no puede aportar ninguna prueba de una petición que Banksy le haya hecho a este respecto, lo cual, según él, es normal ya que el artista valora su anonimato.
El acusado, que dice haber conocido a Banksy y que es su “amigo”, afirma no haber recibido nada a cambio de su “ayuda”.
Para el representante del Ministerio Público, Pierre-Alain Abadia, la tesis de un robo patrocinado por el artista no se basa en ningún elemento objetivo e incluso fue desmentida por Banksy, a través de un responsable de prensa.
En este nuevo caso, la fiscalía pedía 18 meses de prisión, 10 de los cuales en suspensión de pena, y una multa de 50.000 euros. El tribunal penal de París pronunciará su decisión el 19 de junio.