Un primer paso en la lucha contra el acoso online a los árbitros. World Rugby anunció este lunes que se ha iniciado un proceso en Australia contra una persona que envió mensajes ofensivos en las redes sociales a un árbitro del último Mundial, así como a miembros de su familia. Durante el último Mundial de Francia, un videoárbitro (TMO) y su esposa fueron objeto de mensajes amenazantes y abusivos en Facebook. Fue gracias al programa de abuso en línea creado por World Rugby que un individuo fue identificado y localizado en Australia. El caso fue remitido a las autoridades australianas para su procesamiento.

Como resultado, la Federación Internacional está considerando prohibir a esta persona comprar entradas para los próximos eventos organizados por el órgano rector. Además, World Rugby ha confirmado que hay otros casos en curso en cinco jurisdicciones gracias a la implementación de este programa para combatir el acoso online.

En un comunicado de prensa, Alan Gilpin, Director General de World Rugby, celebró su progreso que se reforzará durante los próximos tres años: “World Rugby acoge con satisfacción este juicio histórico. Desafortunadamente, el abuso atroz y tóxico en línea es algo común para muchos atletas y figuras públicas. Esperamos que esto envíe un fuerte mensaje a los trolls en línea de que tal comportamiento es completamente inaceptable y que el deporte y las autoridades están decididos a tomar medidas”.

Al final del último Mundial, el árbitro inglés Wayne Barnes, que dirigió la final entre África y Nueva Zelanda, se retiró alegando las amenazas que él y su familia habían recibido. El mismo caso para el árbitro de vídeo Tom Foley, que deploró “un torrente de críticas y abusos en línea”. El francés Mathieu Raynal también anunció que se retirará al final de la temporada. En una entrevista con Rugbyrama, explicó: “El poder de las imágenes y la cámara lenta han encontrado en las redes sociales una importante cámara de resonancia que favorece el surgimiento de controversias, donde, la mayoría de las veces, personas sin competencia exponen sus puntos de vista y giran convertirlos en verdades, lo que, en mi opinión, arrastra nuestro deporte a un territorio peligroso.