La izquierda continúa desgarrándose. Y no parece que vaya a detenerse pronto. Más de dos semanas después del atentado terrorista de Hamás contra el Estado hebreo, que dejó más de 1.400 víctimas en el lado israelí, entre ellos una treintena de franceses, los distintos grupos que componen los Nupes siguen discutiendo sobre la semántica que se utilizará en el ante la nueva situación que se vive en Oriente Medio. Mientras que el PC, el PS y la EELV han calificado claramente al movimiento islámico de “terrorista”, los tenores de La France Insoumise se negaron a hacer lo mismo. Y se hunden más, día tras día, en su argumento. Suficiente para sacudir a un Nupes ya debilitado.

Invitada el lunes por la tarde a BFMTV, la diputada ecologista de París Sandrine Rousseau expresó su “enfado” contra la “cacofonía” escuchada estos últimos días en la izquierda, “probablemente un eufemismo”, afirmó, “que no permite no tener una posición fuerte voz. Pero también contra el hecho de que Nupes “no califica las cosas como deberían”, “que no utilizamos las palabras adecuadas”. Por eso la ecofeminista insiste en su “enfado” y apunta a su bando, que “no está de acuerdo en decir que una organización como Hamás, que masacra a civiles, y de la manera más horrible posible, que quiere la desaparición de Israel pero También de los judíos, no se le llama terrorista”.

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Si los rebeldes no se rinden y no cambian ni un ápice, como demostró una vez más el estallido de la diputada Danièle Obono la semana pasada, que indicó que Hamás era un «movimiento de resistencia» contra Israel, lamentó Sandrine Rousseau, el lunes por la tarde, que la izquierda «es inaudible en este momento», mientras que «tendría una voz muy fuerte para lograr una solución de apaciguamiento, de alto el fuego, de protección de los civiles y de liberación de los rehenes». Antes de rechazar dos cosas. En primer lugar, “dejarse atrapar por un discurso puramente derechista o de extrema derecha sobre la cuestión de la paz internacional”. Y luego “dedicar (su) tiempo a comentar las frases de cada uno”.

Qué manera de burlarse de los últimos comentarios controvertidos de Jean-Luc Mélenchon. La figura tutelar de La France Insoumise criticó duramente la visita de Yaël Braun-Pivet a Israel el domingo, considerando que el presidente de la Asamblea Nacional iba a «acampar» en Tel Aviv para alentar una «masacre». «No podemos utilizar estos términos en un momento en el que estamos reviviendo una historia dolorosa, sin pensar en ello», chilló Sandrine Rousseau. Sin saber si el ex candidato presidencial del LFI “utilizó” esta expresión “a propósito”, la electa considera que la izquierda “no ha deconstruido completamente, no ha pensado completamente en las causas del antisemitismo”, que “inconscientemente espera”, en “las construcciones políticas” que “pueda tener” su bando. Para evitar ser “acusados ​​de esto”, los nupes no deben “prestar el palo para que los golpeen”.