El número provisional de víctimas mortales de los incendios en Hawái se revisó a la baja y se redujo a 97 muertos, frente a las 115 víctimas anunciadas anteriormente por las autoridades, afirmó el viernes 15 de septiembre el gobernador del archipiélago americano, Josh Green. «Ce chiffre a un peu baissé parce que le ministère de la Défense et tous ses experts médico-légaux ont pu nous aider à mieux discerner qui était dans les voitures ou dans les maisons», a-t-il expliqué dans une vidéo postée sur las redes sociales. “Gracias a Dios murieron menos personas”.
El demócrata, que fue médico de urgencias antes de entrar en política, no dio detalles adicionales para entender cómo se pudieron contar los cadáveres por error. Hasta el momento, sólo 74 personas han sido identificadas (de los 97 cadáveres encontrados) y, además, 31 siguen desaparecidas -frente a varios cientos hace apenas unas semanas-, añadió.
Desde el incendio que casi arrasó la ciudad turística de Lahaina en Maui el 8 de agosto, la búsqueda de cadáveres ha resultado difícil. El incendio transformó miles de edificios en montones de cenizas, haciendo que los restos a menudo sean irreconocibles. Las autoridades pidieron a los familiares de los desaparecidos que proporcionaran una muestra de ADN con la esperanza de identificar a las víctimas. Aún se desconoce el verdadero alcance de la tragedia.
La gestión de las autoridades, que es objeto de una investigación, ha sido muy criticada, en particular porque las sirenas de alerta previstas en caso de tsunami, erupción volcánica o incendio nunca han sonado. Muchos vecinos de Lahaina quedaron atrapados por el fuego en el último momento y decenas tuvieron que arrojarse al mar para escapar de las llamas. Algunos hidrantes utilizados por los bomberos también se quedaron sin agua o sin presión. El principal proveedor de electricidad de Hawái, Hawaiian Electric, también es objeto de múltiples quejas que lo acusan de negligencia porque no cortó el suministro eléctrico a pesar de una clara advertencia del servicio meteorológico. Antes de que el fuego devorara la antigua capital del reino de Hawaii, el archipiélago estaba en alerta roja debido a los violentos vientos alimentados por el huracán Dora, que arrasaba el Pacífico hace unos días.