Nuevas autopsias han revelado casos de asesinato en el caso de los 109 muertos encontrados en un bosque de Kenia donde los seguidores de una secta evangélica practicaban el ayuno extremo, anunció el responsable de estos operativos.
Unos 30 cadáveres fueron autopsiados este martes, después de una decena la víspera durante la primera jornada de pericias forenses practicadas en este expediente que causó horror en este religioso país del este de África.
“Descubrimos que la mayoría había muerto de hambre porque 20 de las autopsias que hicimos (el martes) tenían características de personas que se habían muerto de hambre”, dijo el martes por la noche el gerente de los servicios nacionales de medicina forense, Johansen Oduor.
Los investigadores sospechan que muchas de las víctimas son seguidores de la Iglesia Internacional de la Buena Nueva que siguieron los preceptos de ayuno hasta la muerte para «encontrar a Jesús» decretados por su pastor John Nthenge Mackenzie.
Pero al igual que el lunes, donde se registraron dos casos de niños que murieron por asfixia, los científicos forenses encontraron el martes muertes no causadas por falta de alimentos. “Un niño sufrió un traumatismo craneal” producto de un golpe con un objeto contundente, dijo Johansen Oduor. En otro niño, “podíamos ver claramente marcas de alguien siendo estrangulado y huesos rotos en su cuello” y “estamos seguros de que fue estrangulado”, agregó.
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Dos adultos también murieron por “asfixia” después de que les cubrieran la nariz y la boca visiblemente para evitar que respiraran, continuó. Entre los 40 cadáveres autopsiados el lunes y martes hay 16 adultos, 18 niños y seis restos cuya edad los médicos no pudieron determinar por su avanzado estado de descomposición.
Un total de 109 personas, la mayoría niños, han sido descubiertas hasta el momento en el bosque de Shakahola, y continúa la búsqueda de otras fosas comunes. El martes, la justicia anunció que iba a procesar a 18 personas por «terrorismo», incluido el pastor Paul Nthenge Mackenzie, que reunió a sus seguidores en este bosque de la costa de Kenia.
Otro pastor, Ezekiel Odero, uno de los más influyentes del país, es sospechoso de estar involucrado en lo que ahora se llama «la masacre del bosque de Shakahola». Detenido la semana pasada, deberá comparecer el jueves ante un tribunal que decidirá sobre su posible enjuiciamiento.