(Moscú) El director de la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, esperaba, el lunes en una entrevista publicada por el periódico ruso Izvestia, reanudar los contactos con Corea del Norte para garantizar la seguridad de sus instalaciones nucleares.

«Creo que necesitamos reanudar la cooperación con la RPDC», dijo Grossi, utilizando el acrónimo oficial de Corea del Norte (República Popular Democrática de Corea).

Los expertos de la OIEA, que visitaban regularmente Corea del Norte desde 1992, fueron expulsados ​​del país en abril de 2009. El mismo mes, Pyongyang se retiró de las negociaciones internacionales iniciadas en 2003 sobre su programa nuclear, antes de realizar su segundo ensayo de bomba atómica el mes siguiente.

“Es imposible reescribir la historia. Las cosas sucedieron como sucedieron. Pero espero que podamos renovar los vínculos con la RPDC, por ejemplo en el ámbito de la seguridad nuclear”, dijo Grossi a Izvestia.

“El país tiene un programa nuclear muy ambicioso que incluye producción de combustible, procesamiento de uranio, regeneración y reactores nucleares. Y no me refiero a armas nucleares, sino a un gran número de instalaciones nucleares, las únicas en el mundo que no están controladas”, continuó el jefe de la OIEA.

«Por eso nadie, ni nosotros en la OIEA ni los países vecinos, incluidos Rusia y China, sabe si se están cumpliendo los estándares mínimos de seguridad», se preocupa Grossi.

“Estoy empezando a promover la idea de intentar mirar el futuro con nuevos ojos, sin olvidar que tienen un programa nuclear que va en contra de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU. A veces debemos prestar atención a cuestiones prácticas que también son importantes”, afirmó.

Rafael Grossi también llamó a no repetir, en la cuestión nuclear iraní, los mismos errores cometidos con Corea del Norte.

«No debemos repetir el escenario con la RPDC, donde todos los esfuerzos y negociaciones durante décadas fueron en vano», argumentó.

Corea del Norte ha aumentado su aislamiento de la comunidad internacional en los últimos años, cortando todos los vínculos con su vecino surcoreano y aumentando las pruebas de armas prohibidas por resoluciones de la ONU, pero al mismo tiempo acercándose a Rusia y China.