El área metropolitana de Barcelona, ​​segunda ciudad de España, fue puesta este jueves en estado de “emergencia” por las autoridades debido a la sequía histórica que afecta a esta región del noreste del país, donde las reservas de agua se han agotado. reducido y alcanzado un nivel crítico.

Esta decisión, anunciada por el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, supondrá nuevos límites al consumo de agua para seis millones de habitantes en total, con fuertes restricciones, en particular, para la industria y la agricultura.

“Cataluña está sufriendo su peor sequía en un siglo. Nunca nos habíamos enfrentado a un episodio tan largo e intenso desde que llevamos registros de precipitaciones”, explicó Aragonès en rueda de prensa, recordando que la falta de precipitaciones duraba más de tres años.

Las autoridades catalanas llevaban semanas preparando a la opinión pública anunciando que se declararía el estado de emergencia si el nivel de los embalses, que almacenan agua de lluvia para su uso durante los meses más secos, cayera por debajo del 16%.

Sin embargo, este nivel se ha alcanzado en los últimos días, ya que la persistencia del tiempo seco ha agravado la ya extrema sequía del suelo en la costa catalana, tanto en Francia como en España.

La entrada en la primera fase del estado de “emergencia”, que incluye tres, supondrá importantes restricciones para la agricultura, que tendrá que reducir su consumo de agua en un 80%, y para la industria, que tendrá que restringirlo un 25%. %.

El techo máximo de consumo medio para los residentes de los 202 municipios de la región afectados por las restricciones se ha reducido ligeramente y se reducirá aún más si la situación empeora.

Salvo en algunos municipios donde la presión disminuirá, esta medida no provocará cortes de agua del grifo para los residentes. Pero, por otra parte, están previstas sanciones para las localidades que no respeten este umbral máximo.

Este plan de emergencia también prohíbe el llenado de piscinas, incluso para una simple mejora, salvo en instalaciones deportivas públicas ahorrando agua en otros niveles.

También está prohibido regar los espacios verdes, salvo con agua no potable en los jardines públicos y cuando esté en juego la supervivencia de los árboles, y lo mismo ocurre con el lavado de coches.

En las últimas semanas, las autoridades regionales no han descartado abastecer de agua a Barcelona mediante camiones cisterna.