(Seúl) Corea del Sur anunció que reanudará el domingo sus campañas de propaganda por alto volumen hacia el Norte, denunciando la «escalada» de Pyongyang, que le envió 330 nuevos globos de basura la víspera.
«Instalaremos hoy altavoces hacia Corea del Norte y comenzaremos a difundir» propaganda, dijo la presidencia surcoreana en un comunicado, subrayando que «la responsabilidad de la escalada de tensión entre las dos Coreas sería enteramente responsabilidad del Norte».
Aunque “pueden ser difíciles de soportar para el régimen” de Kim Jong-un, estas medidas “transmitirán mensajes de luz y esperanza al ejército y a los ciudadanos norcoreanos”, dice Seúl.
A finales de mayo, Corea del Norte comenzó a enviar cientos de aerostatos a su vecino del sur cargados con bolsas llenas de basura variada, desde colillas de cigarrillos hasta excrementos de animales.
Después de anunciar su fin el 2 de junio, comenzó de nuevo el sábado, en reacción al envío esta semana hacia el norte por parte de activistas surcoreanos de globos cargados con folletos de propaganda y memorias USB que contenían K-pop y series de televisión.
«Hasta ahora, alrededor de 80 [globos] han caído en nuestra área y actualmente no se identifica nada en el aire», dijo el Estado Mayor Conjunto de Seúl en un comunicado.
El análisis de estos globos muestra que no contenían «ninguna sustancia peligrosa», afirmó el domingo. Sin embargo, advirtió a sus ciudadanos que se mantuvieran alejados de estos aerostatos y que informaran de su presencia a las autoridades.
El presidente surcoreano, Yoon Suk Yeol, suspendió el martes la totalidad del acuerdo de distensión militar celebrado en 2018 con Corea del Norte.
Firmado cuando las relaciones entre Seúl y Pyongyang eran mejores, el acuerdo de 2018 tenía como objetivo reducir las tensiones en la península, particularmente a lo largo de la frontera.
El Sur dice que lleva a cabo este tipo de propaganda, que se remonta a la Guerra de Corea (1950-53), en represalia por lo que considera continuas provocaciones norcoreanas.
Lo utilizó por última vez en 2016, después de la cuarta prueba nuclear de Pyongyang.
Durante estas campañas, Seúl utiliza enormes megáfonos para transmitir K-pop o propaganda contra el régimen en zonas cercanas a la zona desmilitarizada que separa a los dos países, que técnicamente siguen en guerra.
Estas transmisiones de mensajes exasperan a Pyongyang, que ya ha amenazado con atacar a los oradores con su artillería si no los apagan.
«Es muy posible que la reanudación de los mensajes por altavoz conduzca a un conflicto armado» y que «Corea del Norte reanude sus disparos en el Mar Amarillo o que dispare a los globos si el Sur los envía de nuevo», afirmó Cheong Seong- Chang, director de estrategia de la Península de Corea en el Instituto Sejong.
Según se informa, Corea del Norte también intentó interferir las señales de GPS durante varios días a finales de mayo, sin aparentemente lograr obstaculizar ninguna actividad militar de Corea del Sur.
«Es probable que este tipo de provocación aparezca de forma mucho más fuerte también en el Mar del Oeste», añadió Cheong Seong-chang.