A Jean Bouin
FAVORITOS
Durante casi toda la reunión, París estuvo a la zaga. Dominados, aplastados, sacudidos en el primer tiempo, los parisinos cambiaron la situación. El carácter de un líder. Porque este Stade Français da la impresión de no saber perder. Aunque el pívot parisino Julien Delbouis descartó esta idea en la rueda de prensa posterior al partido. “No podemos decir eso… En años anteriores era complicado cuando estábamos detrás. Tenemos un grupo fuerte, que se lleva muy bien pero tenemos capacidad de molestar a todo el mundo”. La mejor defensa del campeonato también silenció a algunas críticas al anotar cuatro tries. Quizás no sea el más construido y emocionante, pero en cualquier caso el más efectivo.
La victoria no está ahí para los vascos. Ciertamente. Pero el primer periodo es sin duda el más exitoso de la temporada. A pesar del desperdicio en el scrum y en el touch, todo salió bien para los jugadores de Grégory Patat. Tres tries, de Tiberghien (7º y 28º) y Mori (40º). Ofensivas a raudales, haciendo girar tres cuartos como Carreras, Tiberghien, Megdoud o Erbinartegaray… Los bayonnais lógicamente llegaban al descanso con una ventaja de 17 puntos (7-24). Otro intento del lateral Tiberghien había sido rechazado previamente por un delantero de López. Bayona supo mostrar una buena cara en el primer tiempo y podrá aprovecharla para este final de temporada que promete ser tenso.
El lateral internacional volvió tímidamente a su partido. A menudo aislado en sus reinicios, cometió un movimiento hacia adelante después de un desacuerdo sobre una vela (15º). Pero, sobre todo, mantuvo la casa, sus patadas largas hicieron retroceder a la defensa de Bayona. Al final del partido, Léo Barré demostró su talento y su clase para permitir la victoria a su equipo. En un balón de recuperación, el lateral francés centra, acelera con sus grandes compases, amaga y se desploma a pocos metros de la portería de Bayona. Sin ir demasiado lejos, Barré garantizó la conservación y, tiempo después, París fue liberada. Hombre fuerte de la temporada parisina, el jugador del Versalles no deja de sorprender por su madurez.
Golpes de garra
Hasta ahora, los bayonnais siguen siendo inexpugnables en su estadio Jean-Dauger. Pero fuera, los hombres de Grégory Patat no pueden hacerlo. Tan cerca, tan lejos… Los vascos nunca han podido encontrar el camino de la victoria fuera de casa esta temporada en el Top 14. Y este sábado, nunca han estado tan cerca de ganar. La segunda parte parecía una pesadilla para los blanquiazules. Bosch y Mikautadze recibieron tarjetas amarillas cada uno, se concedieron tres tries y los últimos balones no fueron bien gestionados. Aún falta alguno. Sólo que a falta de cinco días, los compañeros de Camille López aún no están salvados y todavía persiguen su primera victoria fuera de casa.
Los 18.529 espectadores del estadio Jean-Bouin recordaron sin duda a los visitantes el día del Festival de Bayona, mientras que los locales no suelen estar acostumbrados a ello. Y lo demostró. La primera época parisina debe olvidarse o guardarse en el fondo de la mente para no volver a repetirse nunca más. Incluso la defensa, tan impresionante esta temporada, fue traspasada varias veces. Las estadísticas son claras, la posesión fue claramente de Bayona durante los primeros 40 minutos (65%). Ante este bajón, los técnicos del club capitalino realizaron un sorprendente entrenamiento a la media hora para intentar despertar a su plantilla. Salga de Macalou, Abramishvili o incluso Halaifonua. E incluso el intento de Ivaldi en el 35 no condujo a una revuelta. Ejecutivos como Weber, Etien y Marchant no intervinieron. Comprometidos más que nunca en la carrera por el título, los parisinos ya no tendrán derecho a lograr este tipo de resultados. Porque no siempre sucederá…
“Le dije que era un escándalo no comprobarlo, no volver a ello. No es posible. No se dan cuenta de los problemas que hay detrás de esto. Es frustrante una última acción como ésta, en la que para nosotros hay una falta”, se quejó el abridor del Bayona, Camille López, al final del partido. A falta de unos segundos para el final, los bayonnais parecían perder el control. En medio de la confusión, Macalou raspó un balón y, después de un tiempo de juego, resultó en un try para ganar. Los vascos, por su parte, exigen el videoarbitraje al señor Nuchy, árbitro del partido, que está discutiendo con su asistente de vídeo. En última instancia, las imágenes no serán revisadas. Y cuando miramos la acción, la falla parece obvia. Thomas Ceyte, primer apoyo, se ve impedido de ayudar a su compañero en la posesión del balón. Este último aún no ha caído al suelo cuando Ceyte es eliminado por un parisino. Falta evidente pero no a los ojos de los árbitros. Una decisión que plantea interrogantes y que deja un sabor (muy) amargo en Bayonnais. Una decisión cuestionable, ciertamente, pero que no depende sólo de esta acción.