«¿Te acuerdas / La noche del 21 de septiembre? »

Para el deleite de nuestros oídos, la pegadiza canción Septiembre, de Tierra, Viento 

Al principio del proceso de escritura de esta película animada sin diálogos, el cineasta español Pablo Berger (Blancanieves, Abracadabra) eligió este éxito disco de 1978 para un divertido número de baile sobre patines. Fue el supervisor musical Yuko Harami quien le señaló que la letra se hacía eco de los temas de su primera película de animación.

“Los recuerdos están en el centro de la historia”, explica el guionista y director en una entrevista virtual. La canción también habla de una relación que evoluciona con el paso de las estaciones, como la nuestra. Además, la noche del 21 al 22 de septiembre marca la transición del verano al otoño, un momento decisivo para Dog and Robot. »

Estos son los personajes principales de una Nueva York de los años 80 poblada por una multitud de animales variados, que ilustran la gran diversidad de sus habitantes. A pesar de toda esta gente, Chien se siente solo. Tanto es así que se compró un compañero autómata. Aunque la inteligencia es artificial, el amor a primera vista es real: “Rápidamente olvidamos que es una máquina”, comenta con razón Pablo Berger.

Los dos se vuelven inseparables y pasan el verano más hermoso en la resplandeciente Gran Manzana. Para rematar la bonita temporada, van a la playa. Las horas de felicidad en el agua y en la arena, sin embargo, se apoderan de los engranajes de Robot. Paralizado, permanecerá tumbado frente al mar durante meses. Una soledad aún más profunda experimentará Chien, quien deberá decidir esperar hasta el verano para encontrar a su amigo.

“Es una obra para todos, pero la interpretación varía según la edad y la experiencia vital”, afirma Pablo Berger. Los niños se reconocen en él pensando en sus amigos y en aquellos que se han mudado o ya no van al mismo colegio, mientras que los adultos lo verán como una historia de amor en tiempos convulsos. El papel de los recuerdos a la hora de superar la pérdida de un ser querido es otro aspecto que notan las personas mayores. »

Las líneas generales –y las líneas de lápiz– de esta hermosa historia sobre la fragilidad de las relaciones fueron trazadas por primera vez por la autora estadounidense Sara Varon en su libro publicado por Square Fish que dio título a la película. “Colecciono novelas gráficas sin texto y la consulté por primera vez en 2010. Cuando volví a leerla en 2018, me conmovió hasta las lágrimas. Durante estos ocho años perdí a mi madre y a otras personas. Mi mejor amigo ya no estaba. Pensé en mis relaciones pasadas y decidí llevar el libro más allá”, afirma Pablo Berger.

El cineasta destaca haber preservado “el alma de la historia” al contar los hechos de forma episódica durante un período de un año, de septiembre a septiembre. “El libro es como una pieza acústica, como un solo de piano, mientras que la película es una sinfonía interpretada por una orquesta”, sostiene.

Mientras la ciudad imaginada por Sara Varón era anónima, Pablo Berger convertía a Perros y Robots en habitantes de Nueva York. “Viví allí durante 10 años, después de obtener una beca para obtener una maestría en cine en la Universidad de Nueva York. Quería que esta película fuera una carta de amor a esta ciudad que fue la capital del mundo en los años 1980 y 1990”.

Para materializar la nostalgia, los simpáticos animales visten a la moda de la época y conducen vehículos a juego. Pasean por las largas calles y avenidas al son de un espléndido jazz melódico. “¡Es Nueva York, debe haber sido jazz lleno de emoción! » Pablo Berger describe Robot Dreams como una comedia musical ya que la partitura de Alfonso de Vilallonga está omnipresente. “En una película sin diálogos, la música es la voz de los personajes”, cree.

Desde su estreno en el Festival de Cine de Cannes el 21 de mayo de 2023, Robot Dreams ha sido aclamado dondequiera que vaya. Ganó varios premios, incluido el de Mejor Película en el prestigioso Festival de Cine de Animación de Annecy. También estuvo nominada a los premios Oscar el pasado mes de marzo.

“No es sólo el sueño de un robot, es el de todo director”, señala Pablo Berger. Ver a Thierry Frémaux [delegado general del Festival de Cannes] presentar mi película ante un público internacional fue increíble. El reconocimiento en Annecy, Toronto y todos los demás festivales me hace muy feliz, pero estoy especialmente feliz de que ayuden a que mi película sea vista por un público más amplio. »

Una vez más, septiembre y su alegre y nostálgico estribillo se aplican al último año de Pablo Berger.

« Dime, ¿te acuerdas? / Ba-dee-ya / Bailando en septiembre / Ba-dee-ya / Nunca hubo un día nublado. »