Tailandia lloró el miércoles a Lin Hui, un panda gigante de 21 años cuya vida cautivó al reino durante años y que murió durante la noche en el zoológico de Chiang Mai (norte). Prestada por China, Lin Hui había estado viviendo bajo el ojo de las cámaras en un recinto con aire acondicionado en el zoológico desde 2003. La panda hembra comenzó a sangrar por la nariz el martes por la noche y su condición se deterioró durante la noche hasta que murió, explicó. el director del zoológico, Wutthichai Muangman.

“La ayudamos tanto como pudimos hasta que Lin Hui nos dejó”, dijo. Expertos chinos y tailandeses realizarán conjuntamente una autopsia para determinar la causa de la muerte. Mensajes llorosos se sucedieron en las redes sociales el miércoles, cuando Tailandia ya no tiene un panda.

“Solía ​​verla en la televisión todo el tiempo. Ella fue mi motivación. RIP Lin Hui”, pudimos leer en una cuenta de Twitter. «Solo lo visité la semana pasada en el zoológico, estoy muy triste de saber de su muerte, RIP», dijo otro fanático. Prestado por la ciudad china de Chengdu como parte de la “diplomacia panda”, Lin Hui estaba asegurado por medio millón de dólares. Era para octubre.

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Durante años, se hizo todo lo posible para promover el apareamiento de Lin Hui y su compañero Chuang Chuang, quien murió de un infarto en 2019. El apetito sexual casi inexistente del panda macho se había convertido en un tema de intriga en el país. Chuang Chuang se había puesto a dieta, y se mostraron películas de pandas apareándose a la pareja con la esperanza de aumentar su libido.

Después de la inseminación artificial, Lin Hui finalmente dio a luz a Lin Ping en 2009, lo que provocó una verdadera pandamanía en el reino. Las escapadas de la familia cautivaron a Tailandia, y los amantes de los animales siguieron en vivo el ‘canal panda’, que se transmitió las 24 horas del día desde 2009 hasta 2012. Lin Ping regresó a China un año después. Los pandas gigantes son conocidos por su bajo deseo sexual y se encuentran entre las especies más amenazadas del mundo. Su esperanza de vida varía de 15 a 20 años en estado salvaje, pero pueden llegar a los 30 años en cautiverio, según WWF.