Le Fígaro Nantes
Embarcados en coches robados, estos ladrones habrían actuado según un modus operandi único, principalmente en los departamentos de Pays de la Loire. Equipados con un destornillador, entraban en las casas atacando ventanas o puertas de cristal. Antes de robar artículos fácilmente revendibles. La ciudad de Nantes les sirvió de base de retaguardia. “Nos acercamos al centenar de hechos”, revela una fuente policial sobre esta “red profesional estructurada” desenmascarada a principios de semana.
El lunes 19 de febrero, tres ladrones y un par de vallas fueron detenidos por el grupo antirrobo de la SLPJ (servicio de policía judicial local), asistido por la brigada de vigilancia y detención, durante una operación coordinada precedida de varios meses de trabajo. En concreto, fueron necesarias “investigación, seguimiento, vigilancia con todos los medios que se puedan imaginar para descubrir la red, monitorearla y seguirla, ya que era necesario establecer los roles de cada persona”, detalla alguien cercano a la investigación.
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A principios del verano de 2023, un individuo detenido con un objeto robado declaró que debía devolvérselo a su destinatario. Este elemento fue el punto de partida para los investigadores. Todo se aceleró a principios de febrero. Finalmente, fue en La Dominelais, en Ille y Vilaine, donde los tres presuntos delincuentes fueron sorprendidos con las manos en la masa, tras pasar por Derval y Jans, dos localidades del Loira Atlántico situadas en la carretera que conduce a Rennes. “Salieron, golpearon, “volvieron a entrar”. Salieron, golpearon…”. Al mismo tiempo, la pareja de receptores (el hombre ya había sido condenado por delitos similares y la mujer no era desconocida) fueron detenidos en Nantes. Las búsquedas y búsquedas permitieron encontrar algunos objetos, pero no todos. Como Louis d’Or.
“La valla dio instrucciones reales sobre qué cosas robar. Hubo una orden y un entrenamiento, continúa el policía bien informado. Tuvimos que apoderarnos de todo lo que pudiera revenderse fácilmente. Normalmente, el reloj se revende muy bien. Evitan las cosas rastreables, como los equipos informáticos”.
De los cinco detenidos policiales, de entre 24 y 37 años, tres fueron puestos en prisión preventiva y dos están en libertad, incluido uno bajo supervisión judicial. La investigación debería continuar su curso y arrojar luz sobre las zonas grises que aún quedan.