Los servicios de inteligencia ucranianos supuestamente planearon ataques contra las tropas rusas presentes en Siria, según un archivo estadounidense “ultrasecreto”, consultado por el Washington Post. Este archivo provendría de una filtración de documentos provocada por un joven miembro de la Guardia Nacional, Jack Teixeira, detenido y en riesgo de una fuerte pena de prisión en virtud de la ley sobre espionaje.

El objetivo de tales operaciones sería desbloquear el suelo ucraniano, obligar a Moscú a contratar refuerzos militares en Siria. Moscú ha estado desplegando muchos soldados en Siria desde 2015, como parte de la guerra civil entre el presidente Bashar al-Assad y los insurgentes. El campo de batalla sirio, al no estar bajo el control total del Kremlin, permitiría a los servicios ucranianos desplegarse a cubierto, con menos riesgo, asegura el medio estadounidense.

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Según el Washington Post, la inteligencia ucraniana quería atacar a las fuerzas rusas con vehículos aéreos no tripulados, como drones. Los paramilitares del grupo Wagner eran objetivos prioritarios. Al elaborar su plan, Kiev también previó el entrenamiento de soldados de las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF), una coalición de rebeldes dominada por la etnia kurda que se opone a Bashar al-Assad. Lo que un portavoz de las SDF desmintió al Washington Post, asegurando que su bando no tomaba partido en la guerra ruso-ucraniana.

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Sin embargo, el documento indica que Volodymyr Zelensky, el presidente ucraniano, habría detenido la planificación de estos ataques a finales de diciembre. Se habrían mencionado varias causas, incluida una capacidad limitada en drones dentro de los servicios ucranianos, o dudas sobre el éxito de tales ataques. Estas ofensivas, si ocurren, también requerirían el apoyo de Estados Unidos o Turquía. Apoyo improbable, dado el poder de Rusia en la región: Moscú podría vengarse atacando los intereses estadounidenses o turcos en la zona.