Le Figaro Niza

Trágico accidente de parapente en Roquebrune-Cap-Martin (Alpes Marítimos), un lugar excepcional para la práctica de esta actividad en la Costa Azul, entre Mónaco y Menton. Un ciudadano húngaro de cuarenta años sufrió allí el domingo una caída mortal.

El hombre, que vivía en Budapest, estaba entrenando con otros parapentes húngaros. Tras despegar en el cielo de la Riviera, entre las colinas y el mar Mediterráneo, perdió el control de su vela antes de caer precipitadamente en una terraza con jardín situada en el Chemin des Vallières.

Según los primeros elementos y testimonios recabados tras los hechos, el parapente realizó rotaciones de 360°, “como una centrífuga”, antes de estrellarse contra el suelo. Se abrió una investigación, confiada a los agentes de policía de la seguridad departamental de Menton. Como parte de las investigaciones, se incautó su vela.

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Otro parapente que volaba al mismo tiempo intentó ayudarle tras la caída. En vano. La víctima, en nivel principiante y guiada por radio, no logró comprender las diferentes corrientes de aire de la zona. Si el domingo hacía sol, “el aire era más tonificante”, explica un profesional del sector. “Es un accidente muy raro”, añade este habitual. La culpa es tanto de desconocimiento del lugar como de mala suerte… No hay que generalizar y decir que aquí es una actividad peligrosa”, defiende.

El número de muertes en un accidente de parapente oscila entre 9 y 11 al año, según la Federación Francesa de Vuelo Libre, que cuenta con cerca de 30.000 licenciatarios. El último accidente mortal en Roquebrune-Cap-Martin se remonta a 2021. Un parapente cayó al agua, lo que suele ocurrir durante los ejercicios de simulación de accidentes, pero el hombre se ahogó bajo la lona. En noviembre, otro se quedó atascado en las catenarias, interrumpiendo el tráfico del tren, pero sin resultar herido.

En este sitio, tres escuelas de referencia comparten los cursos y vuelos de iniciación. La actividad se concentra desde octubre hasta finales de abril, siempre que todavía sea posible desembarcar en las playas aledañas. En verano sólo es posible volar muy temprano por la mañana o al final del día.