La contaminación por partículas finas en el metro de París alcanza valores muy por encima de los estándares recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), según lecturas tomadas durante varios meses por voluntarios en nombre del programa de televisión «Green Rage».

Durante ocho meses, decenas de estos voluntarios se equiparon con instrumentos de medición durante sus desplazamientos diarios para establecer el nivel de contaminación en la red de la RATP y compararlo con el del aire exterior. Esta contaminación con partículas finas proviene tanto del aire contaminado de las calles, que ventila las estaciones, como de los propios trenes del metro, que generan polvo al frenar.

De media, la contaminación por partículas finas PM2,5 (diámetro inferior a 2,5 micrómetros) en el metro y RER es de 24 μg/m3, es decir, casi cinco veces más que los 5 μg/m3 recomendados por la OMS, detalla en nota de prensa Lunes «Vert de rage», un programa emitido en France 5 que investiga escándalos ambientales. La sobrecontaminación, definida como el exceso de contaminación dentro de la estación en comparación con el exterior, se midió en 10,5 ?g/m3 en promedio.

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El estudio fue coordinado por Jean-Baptiste Renard, director de investigación del CNRS y miembro del comité científico de la asociación Respire, en el origen de una denuncia que condujo en abril a la apertura de una investigación dirigida a la RATP por “poner en peligro los demás y el engaño”. Este trabajo no ha sido publicado en una revista científica, pero se suma a otros realizados con diversos métodos a lo largo de los años.

Hace un año, la Agencia Nacional de Seguridad Sanitaria (ANSES) consideró que “el corpus de estudios epidemiológicos y toxicológicos específicos (era) demasiado limitado para poder extraer conclusiones firmes sobre los posibles efectos en la salud de la ‘exposición de los usuarios a la contaminación del aire’, pero señaló que los datos existentes sugerían «la posibilidad» de efectos cardiorrespiratorios.

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“Dichas mediciones deben realizarse de acuerdo con protocolos científicos validados y con material de referencia”, reaccionó a la AFP la RATP a través de su jefa del departamento de desarrollo sostenible, Sophie Mazoué, cuestionando el método y los dispositivos utilizados por el estudio de la ira de Green. La RATP dice que está implementando medidas como dispositivos de renovación de aire y pastillas de freno para reducir los riesgos.

Prueba de las acciones tomadas y su eficacia: un estudio epidemiológico realizado durante el período 1980-2017 que «no muestra un aumento de los síntomas respiratorios y cardiovasculares entre nuestros empleados», insiste la Régie. El estudio realizado por «Vert de rage» estableció un ranking de las estaciones y líneas más contaminadas, con la línea 5 a la cabeza, «donde la sobrecontaminación media provocada por el tráfico» es de 18?g/m3.