(Cabo Cañaveral) Un nuevo satélite estadounidense destinado a mejorar significativamente las predicciones de tormentas solares, fenómenos capaces de perturbar las redes eléctricas y de comunicaciones de la Tierra, despegó el martes desde Florida.
El satélite, que pesa casi 3 toneladas y tiene el tamaño de un pequeño autobús escolar, permitirá también observar huracanes e incendios en la Tierra hasta la década de 2030.
El despegue de un cohete SpaceX Falcon Heavy que transportaba la valiosa carga tuvo lugar a última hora de la tarde desde Cabo Cañaveral.
Este fue el décimo despegue del potente Falcon Heavy, que se espera que libere su carga al espacio aproximadamente 4,5 horas después del lanzamiento.
La máquina, denominada GOES-U, es la última de una serie de cuatro satélites resultantes de una colaboración entre la NASA y la Agencia Estadounidense de Observación Oceánica y Atmosférica (NOAA).
Son “una herramienta esencial para proteger a Estados Unidos y a los mil millones de personas que viven y trabajan en el continente americano”, dijo Pam Sullivan de NOAA durante una conferencia de prensa.
Pero GOES-U es el primero de los cuatro que incluye un coronógrafo llamado CCOR-1. Un coronógrafo bloquea el disco solar y permite observar la corona solar.
De esta capa exterior se originan “grandes explosiones solares, llamadas eyecciones de masa coronal, que pueden proyectar miles de millones de toneladas de material a millones de kilómetros por hora hacia la Tierra”, explicó Elsayed Talaat, responsable de las observaciones de la meteorología espacial en la NOAA.
Este material puede alterar los satélites, la infraestructura energética, los sistemas de navegación aérea o el GPS. Saber cuándo ocurre una expulsión le permite tener de uno a cuatro días para prepararse.
A principios de mayo, una tormenta geomagnética de nivel 5, el nivel máximo, golpeó la Tierra por primera vez en dos décadas, provocando impresionantes auroras boreales en todo el mundo.
Con el nuevo coronógrafo, este evento podría haberse especificado mejor desde el principio (velocidad, dirección, etc.), según Elsayed Talaat.
No se observaron perturbaciones importantes, pero algunos agricultores “no pudieron plantar sus cultivos debido a un mal funcionamiento del GPS en el que se basaban sus equipos”, subrayó, por ejemplo, el experto.
Esta es la primera vez que Estados Unidos podrá observar la corona solar casi continuamente, creando el equivalente a un eclipse cada 30 minutos.
Se trata de una gran mejora con respecto a las capacidades actuales: actualmente, estas observaciones se reciben con un retraso de hasta ocho horas, realizadas por un satélite lanzado en 1995, pero que se espera que deje de funcionar aquí dentro de dos años.
El nuevo instrumento supondrá un “cambio de juego” y “abrirá un nuevo capítulo en las observaciones del clima espacial”, según Elsayed Talaat.
Sin embargo, son cruciales “para proteger nuestra economía, nuestra seguridad nacional e individual, aquí en la Tierra y en el espacio”, según él. “Aunque el Sol no está más activo que en generaciones anteriores, nuestra sociedad ha cambiado y estamos más expuestos que nunca a sus cambios de humor. »
A diferencia de un coronógrafo terrestre, una vez colocado en el espacio, el tiempo de observación no está limitado por las nubes en particular.
Goes-U se colocará en órbita geoestacionaria, aproximadamente a 35.000 km sobre la Tierra, y estará operativo después de unos meses de pruebas.
Llega en el momento justo, ya que el Sol se encuentra en su máxima actividad, un ciclo que regresa cada 11 años.