Le Figaro Niza

Se trata de un récord del que la quinta ciudad más grande de Francia podría haber prescindido. Según la Fundación Abbé Pierre, Niza es el distrito más pobre de Francia. En cualquier caso, esto es lo que se desprende de un estudio sobre la situación de la vivienda precaria en el territorio de la metrópoli de Niza Costa Azul publicado el jueves. Sus conclusiones reflejan una situación cuanto menos preocupante.

Por ejemplo, descubrimos que sólo en Niza 78.000 personas están por debajo del umbral de pobreza, o alrededor de una de cada cinco personas. «La cuestión de las necesidades de vivienda de los hogares de bajos ingresos y/o desfavorecidos es tanto más acuciante cuanto que las viviendas sociales están históricamente subdesarrolladas y los terrenos en la costa son raros y caros», señala la Fundación. Sobre todo porque la ubicación de la ciudad contribuye al desarrollo de la competencia entre el mercado inmobiliario y la oferta turística.

Siguiendo con la geografía de Niza, el estudio observa que, como era de esperar, la pobreza metropolitana se concentra “en los barrios prioritarios de la ciudad (QPV)”. Según el Observatorio de las Desigualdades (citado en el estudio), en estos barrios viven unas 170.000 personas, o un tercio de la población de la metrópoli. A veces con “focos” de precariedad que se extienden por los distritos de Nice Est, Ariane, Trachel o incluso Saint-Augustin. Y con una tasa de pobreza del 81%, el distrito “Résidence Sociale Nicéa”, situado en el Boulevard du Mercantour, en Niza, sería “el más pobre de los distritos prioritarios de Francia”, podemos leer.

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Pobreza que se agrava ya que su tasa ha aumentado levemente en el territorio metropolitano en los últimos años hasta alcanzar el 18% en 2020 frente al 17,6% en 2019 y aun cuando cayó al mismo tiempo en la región de Paca. “También está muy por encima de la tasa de pobreza nacional (14,5 % en 2020) e incluso alcanza el 21 % en Niza”, indica además la Fundación. Pobreza que iría acompañada del desarrollo de situaciones de “viviendas indignas o indignas”, continúa el estudio. De hecho, los hogares más pobres se verían cada vez más obligados a recurrir a viviendas degradadas o a alejarse del centro de la ciudad. A menudo con una falta de movilidad residencial que pesa sobre las condiciones de vivienda de muchos hogares en situación de evidente sobreocupación o con dificultades para pagar el alquiler. Tantos problemas que llevarían a los más precarios a lo que la Fundación llama “ambulancia residencial”.

En sus conclusiones, la Fundación considera que “las políticas públicas implementadas no parecen haber tenido en cuenta el deterioro de la situación económica y social de la población”. Aunque se han constatado esfuerzos, en particular en la aplicación de medidas destinadas a facilitar el acceso a la vivienda y a garantizar el mantenimiento de determinados hogares, el estudio señala una importante falta de viviendas sociales en el territorio de la Riviera «para satisfacer las necesidades de decenas de miles de hogares de bajos ingresos” y también denuncia la flagrante violación, en algunos lugares, de los objetivos de la ley SRU.