Para sus fans, es el símbolo de la alegría de vivir. Actualmente presentando su único en escena, Happy, Anthony Kavanagh acaba de desnudarse en el programa Dimanche à la campagne de Frédéric Lopez, en France 2, revelando que detrás de su buen humor exterior esconde mucho sufrimiento.
Deseando confiar en la agonía de su vida, el comediante canadiense habló de la dolorosa desaparición de su madre, de sus primeros años difíciles en Estados Unidos, pero también del fraude del que fue víctima cuando, en 2006, su productor se apropió de los beneficios de una espectáculo en el que había invertido hasta el último centavo.
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La letanía del destino de Anthony Kavanagh no terminó ahí. En 2019 estuvo al borde de la muerte en Nueva Caledonia. Sufría de celulitis, una grave infección bacteriana de la piel, y tuvo que ser hospitalizado. «Voy al hospital y me da estreptococo», dice. Tuve una triple embolia y un infarto pulmonar. Y allí ves tu vida pasar ante ti. Te detiene la respiración y sientes como si alguien te estuviera clavando un cuchillo en el pulmón. Pasé una semana en cuidados intensivos. Qué equipo, fueron extraordinarios”.
Superada esta prueba, Anthony Kavanagh se mostró más filosófico y, sobre todo, más consciente de que debía vivir sus sueños con mayor intensidad. Este acróbata con múltiples dotes tomó la decisión de lanzarse a la música, su otra pasión: “Ahí me digo: Ok, sigo vivo, ¿qué querías hacer que no has hecho? Quiero hacer música, así que hice mi álbum en inglés. He estado esperando esto durante treinta años».
Después de este interludio musical que le devolvió el rumbo, Kavanagh vuelve a la palestra con Happy. Y lo asegura en el cartel de este unipersonal, muy en su tono optimista: “una cosa es segura, cuando salgas de mi espectáculo, estarás entusiasmado”. Como él, ahora…
Feliz por y por Anthony Kavanagh: fechas y reservas