Azafatas, proyeccionistas, diseñadores gráficos, responsables de prensa, responsables de comunicación, directores de escena… Los empleados del Festival de Cannes fueron invitados a una copa de bienvenida el domingo, pocos días antes de la inauguración, en el Palacio de Festivales. Pero el ambiente no era precisamente sereno. De acuerdo con la dirección del festival, el colectivo Sous les screens, la dèche, que representa a los trabajadores precarios del festival, proclamó sus quejas.
Según Jean-Charles Canu, miembro del colectivo, este discurso estaba previsto. “Alguien preguntó a la dirección si era posible montar una pequeña mesa para repartir pegatinas. Fue aceptado”, relata.
La operación se enmarca en la continuación de la convocatoria de huelga lanzada a principios de la semana pasada. En un comunicado, Bajo las pantallas de la Déche denuncia las “recientes reformas del seguro de desempleo del sistema general, y la del próximo 1 de julio que se aplicará por decreto”, que “endurecerán las normas de compensación para los solicitantes de empleo”. “.
Por temor “a que la mayoría de nosotros abandonemos nuestra actividad”, el colectivo exige una revisión de su situación. O pasarse al régimen intermitente, lo que les permitirá recibir una mejor compensación. Hasta el momento sus denuncias no han sido escuchadas. “Nuestras alertas y demandas han sido hasta ahora recibidas con cortesía, pero ni la CNC ni el Ministerio de Cultura han presentado propuestas concretas. »
El movimiento social podría “perturbar el evento”, afirmó el colectivo. Pese a todo, “el Festival de Cannes, la Quincena de los Realizadores, la Semana de la Crítica y la ACID quieren subrayar que son conscientes de las dificultades que encuentran algunos de sus empleados”, aseguraron en un comunicado conjunto. Una movilización extremadamente rara, ya que sólo la 21ª edición del Festival de Cannes se vio comprometida por una huelga, tras los enfrentamientos de mayo de 1968.