Desde el punto de vista puramente relojero, hay que reconocerlo: cuando se trata de signos astrológicos chinos, ¡es mejor estar en el año del dragón que en el de la rata, la cabra o incluso el cerdo! El dragón, la primera criatura que apareció en los mitos y leyendas del Reino Medio, representa la autoridad imperial, la riqueza y la fertilidad, además de ser un signo de buen augurio. Por sí sola simboliza toda la imaginación de una Asia que es a la vez misteriosa, mágica, poderosa e imponente. Además, el dragón de madera que se celebrará a partir del 10 de febrero, considerado protector del medio ambiente y símbolo de armonía con la naturaleza. Se dice que el primer emperador de China, el legendario Huangdi, que reinó entre 2700 y 2600 a. C., incorporó varias criaturas a su escudo de armas una vez que conquistó a las tribus vecinas. Dará forma a la imagen del dragón chino, tal y como todavía lo conocemos hoy.

¿No es de extrañar que veamos tantas marcas “fabricadas en Suiza” dedicándole piezas hoy en día? Al fin y al cabo, el año pasado, cuando las exportaciones de relojes suizos batían nuevos récords, Asia sola representaba la mitad de ellas. Empezando por China y Hong Kong (442 millones de euros según cifras de la Federación de la Industria Relojera Suiza). Esta pasión por el tiempo tiene sus raíces en la historia desde que en 1601, el misionero Matteo Ricci mostró al emperador chino un gran reloj y un reloj con sonería en Beijing. Desde entonces, los relojes bonitos siempre han representado un signo externo de éxito… y un artículo valioso que es fácil de trasladar e intercambiar. Desde finales del siglo XVIII, la relojería de lujo de Ginebra se convirtió en el principal proveedor de China. También es imprescindible, al pasar por Ginebra, admirar la colección acumulada por la familia Stern (propietaria de la manufactura Patek Philippe), rica en miles de piezas, entre ellas algunos relojes llamados “chinos”. Tantas demostraciones de saber hacer de relojeros, esmaltadores, grabadores y orfebres europeos, como Bovet, Piguet

Este sabor milenario explica así estos nuevos productos inspirados en el dragón. Chopard utilizó así el arte tradicional urushi para dar vida a la criatura mítica con su L.U.C XP Urushi Year of the Dragon. Una edición limitada de 88 piezas con caja de oro ético de 39,5 mm de diámetro que aprovecha el microrotor de su calibre para medir sólo 6,8 mm de grosor. Decorada por expertos con laca urushi, polvo de oro e incrustaciones de nácar, cada esfera requirió no menos de veinte horas de trabajo en los talleres de la centenaria empresa Yamada Heiando, utilizando la técnica ancestral maki-e ejecutada por el maestro lacado Minori. Koizumi. Copos de oro colocados entre capas de laca de la savia del árbol Toxicodendron vernicifluum iluminan el fondo.

Encontrar un dragón en la esfera esqueletizada de uno de los relojes favoritos de Elvis Presley y Hombres de Negro, el Ventura de Hamilton lanzado en 1957, es más inesperado. Con sus ojos verdes o rojos según la versión, la cara de la quimera está orientada a 90 grados en la esfera, para corresponder a la forma geométrica del escudo. En cuanto a la correa de caucho negra, presenta un patrón de escalas en 3D. En cuanto a la “Grande maison”, Jaeger-LeCoultre, es su reloj legendario creado en 1931 el que también está sincronizado con la hora del dragón. En la parte posterior de este Dragón esmaltado Tribute Reverso, el fabuloso animal se encuentra en medio de nubes doradas. Grabado sobre oro rosa, emerge sobre un fondo de esmalte grand feu negro opaco. Las superficies pulidas de sus escamas, trazadas con rodio negro, contrastan con la textura arenosa de las nubes. Con diez cinceles de diferentes tamaños utilizados para esculpir gradualmente el metal sobre el esmalte, este minucioso trabajo representó ochenta horas de trabajo para el maestro grabador.

Aunque esto signifique celebrar con estilo el quinto animal del horóscopo chino, Piaget le dedica directamente una colección cápsula especial de 24 relojes, incluidos cuatro modelos con complicaciones, ocho relojes Métiers d’art y dos relojes secretos de alta joyería. Además de las piezas con esferas decoradas con un dragón o un fénix de la artista esmaltadora Anita Porchet, también hay un dragón girando en un nuevo Piaget Emperador. En esta pieza caracterizada por un tourbillon volante, el animal grabado en oro envuelve literalmente la caja y la esfera adornada con zafiros y diamantes engastados como nieve, representando un cielo azul salpicado de estrellas brillantes.

A modo de joyería, la pieza propuesta por Harry Winston para el Año Nuevo chino combina una caja de oro rosa, una corona adornada con una perla al mediodía y una esfera decorada con la silueta de un dragón rojo imperial que evoluciona entre nubes de ensueño de nácar blanco. -perla. Su cuerpo está hecho de escamas doradas brillantes talladas a mano y cubiertas con laca roja. Su cabeza, con su brillante ojo lacado en azul, envuelve el contador de horas y minutos descentrado, mientras su mandíbula agarra la preciosa perla. Una edición limitada de ocho relojes, el número de la suerte obliga.