Abdoulaye Kanté es jefe de brigada y autor del libro Policier, enfant de la République, publicado por Fayard.
FIGAROVOX. – Dos agentes de policía resultaron gravemente heridos este jueves hacia las 22:30 horas en el distrito 13 de París, según pudo saber Le Figaro de fuentes fiables. El individuo, inicialmente detenido por haber herido a una mujer con un cúter media hora antes, agarró una de las armas de un agente de policía mientras era detenido en la comisaría. ¿Qué te inspira esta noticia?
Abdoulaye Kanté. – Es un shock para toda nuestra corporación. Sabiendo que nuestras compañeras habían intervenido por actos de violencia contra una mujer por parte de este individuo. No hay ninguna intervención baladí y tenemos prueba de ello con esta tragedia.
Esto lo vemos con el hecho de que siempre es complicado intervenir sobre una persona que no va a cooperar o que no va a cumplir nuestras órdenes. Lo primero es pensar en nuestro colega que está entre la vida y la muerte. Esperamos que salga adelante.
¿No existe quizás también cierta responsabilidad por parte de la policía? Se supone que los agentes de policía deben proteger sus armas…
En este caso no. La investigación en curso determinará los hechos. Tenga en cuenta que los agentes de policía que vigilan las cárceles no están armados. Debes saber que durante las llegadas masivas de personas internadas en GAV o de personas peligrosas, contamos con el refuerzo de compañeros armados para garantizar durante los registros que nadie lleve un objeto peligroso para sí mismo o para los demás.
En esta sala donde tuvo que soplar en el alcoholímetro, el peligroso individuo seguramente aprovechó una fracción de segundo para presionar el seguro de retención de la funda para robar el arma de nuestro colega.
En ese momento disparó. Este comportamiento muestra la determinación del individuo de querer matar a un policía. Repito, este tipo de casos casi nunca suceden en esta sala. La capacidad de reacción de los agentes de policía cercanos fue decisiva y sin ella el número de muertos podría haber sido mucho mayor.
Entre 2000 y 2019, la violencia contra las fuerzas del orden aumentó un 148%. ¿Cómo podemos explicar este aumento?
Las cifras son inequívocas. El año pasado resultaron heridos 15.150 agentes de policía, es decir, 40 heridos por día.
Hay una trivialización de la violencia contra cualquier cosa que represente autoridad. Ya no existe ese miedo a agredir físicamente al uniforme.
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El hecho, por ejemplo, de que determinadas personas a través de las redes sociales participen en esta misma trivialización, esas mismas personas que no obedecen durante un control policial, todos estos factores promueven este odio antipolicía que no es un sentimiento pero sí muy real.
Estos comportamientos inaceptables continúan aumentando y vemos esta observación a diario.
El código penal se ha endurecido y los autores de actos violentos contra agentes de policía corren ahora el riesgo de recibir hasta diez años de prisión. ¿Son suficientemente disuasorias las sanciones impuestas a los agresores de agentes de policía?
Por el momento hay una constatación objetiva: la ultraviolencia está cada vez más en auge y hay que ir aún más lejos hacia quienes atacan todo lo que representa el uniforme. Sabemos que hay problemas en el sistema de justicia, pero la policía no podrá gestionarlo todo sin un sistema de justicia que debe mostrar más firmeza.
Que las penas se apliquen realmente y que en cuanto toquemos a un policía, esto debe ser inmediatamente sinónimo de ir a prisión.