Los árboles no suben al cielo, advierte un conocido adagio de los financieros. Las últimas cifras de ofertas de empleo, publicadas este viernes por Dares, nos recuerdan una vez más su veracidad. Después de dispararse, de forma casi continua, durante diez años y, en particular, tras la crisis del Covid, su número descendió ligeramente en el primer semestre de 2023. En total, 355.600 puestos de trabajo vacantes en el segundo trimestre, unos 20.000 menos que en el primero (-4 %). Una segunda caída tras la del 5% observada durante los primeros tres meses del año. En total, el número de puestos vacantes se ha reducido en casi 40.000 desde principios de año. Una tendencia que permite que la tasa de oferta de empleo caiga al 2,2% hoy frente al 2,3% del primer trimestre de 2023. Una tasa que sigue siendo extremadamente alta, en comparación, era del 0,6% hace diez años.

Un puesto vacante se define a nivel europeo como un puesto de nueva creación, desocupado o aún ocupado ya punto de quedar vacante para el que se toman medidas activas para encontrar un candidato. Según Dares, el descenso afecta a todos los grandes sectores: “-7% en el sector terciario no de mercado, -5% en la construcción, -4% en la industria y -3% en el sector terciario de mercado”.

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El aumento del número de puestos de trabajo vacantes observado en los últimos años se debe principalmente a la caída de la tasa de desempleo y al aumento de la creación de empleo registrado en Francia en los últimos años. La escasez de mano de obra disponible se traduce en dificultades de contratación y por tanto escasez de personal. Si este aumento nunca es una buena noticia para las empresas, sigue siendo natural cuando un país está en pleno empleo. Esta es la situación en ciertos países del norte de Europa, como Alemania y los Países Bajos.

Problema, «Francia asocia altos niveles de vacantes y dificultades de contratación con un desempleo aún alto, lo que refleja un funcionamiento insuficientemente eficiente del mercado laboral», advierte Gilbert This, profesor de economía en NEOMA Business School y especialista en mercado laboral.

Detrás de esta fricción, en realidad hay dos casos bastante diferentes. La mayoría de los puestos vacantes se relacionan con puestos no calificados en el sector terciario comercial, construcción u hoteles, cafés y restaurantes… Considerados como no suficientemente atractivos, los ex empleados se están alejando para irse a otros sectores con mejores salarios y condiciones laborales. Un viejo problema que se ha reforzado aún más tras la crisis del Covid. “Estas profesiones son aún menos populares que en el pasado. Encontrar gente que esté interesada y que se comprometa a largo plazo no era fácil antes, ahora es la cruz y el estandarte”, subraya Roland Gómez, presidente del grupo interino Proman.

Volviendo a la pared, muchos jefes no dudan en hacer esfuerzos para hacer los trabajos más atractivos. Pasar de dos a un servicio, salarios más altos… los gestos son numerosos pero no por todos y no siempre en las proporciones necesarias: “Algunas personas tienen la impresión de hacer mucho pero en realidad a veces está lejos de ser suficiente”, subraya Roland Gómez.

Para estos perfiles, los líderes empresariales pueden contar con el apoyo del Estado, que ha emprendido varias reformas para acortar y hacer menos rentables los períodos de desempleo. En concreto a través de dos reformas de 2021 y 2023 que reducen la duración de la indemnización cuando la tasa de paro desciende por debajo del 9% y revisan el cálculo de la cuantía de la indemnización.

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Al mismo tiempo, los sectores punteros también se enfrentan a la imposibilidad de contratar, esta vez por falta de cualificación de la sociedad. Una única solución: la formación. Allí también el gobierno abrió el sitio a través de la multiplicación de los aprendizajes, la reforma de la formación profesional… pero pasará tiempo antes de que se vean los efectos.

En el futuro inmediato, Francia deberá enfrentarse a una serie de malas noticias. Tras el repunte de la tasa de paro en el segundo trimestre y el descenso de la actividad observado en el trabajo temporal, la caída de las ofertas de empleo refleja de nuevo una ralentización del mercado laboral. Anunciado durante mucho tiempo y contradicho por los hechos, el cambio de tendencia ahora parece estar de actualidad.