Una noticia que habría encantado a Charles Duchemin. El crítico gastronómico de Aile ou la Cuisse, interpretado por Louis de Funès, ve su lucha por lo “casero” retomada por Olivia Grégoire. La ministra delegada responsable de consumo, comercio y artesanía se arremanga para proteger a clientes y restauradores. En las columnas de La Tribune Dimanche, el ex portavoz del Gobierno perfila las líneas generales de una nueva obligación que obligará a los establecimientos a indicar explícitamente en su carta platos no preparados in situ. ¿La meta? “Promover la función de maestro restaurador, proteger al consumidor y preservar la gastronomía francesa”, detalla el despacho del ministro en Le Figaro.

“La medida entrará en vigor en 2025”, afirma la oficina de Olivia Grégoire. “Hoy existe una desigualdad entre los restauradores que juegan comprando y trabajando con productos frescos y aquellos que obtienen todo de los mayoristas. ¡Especialmente en tiempos de inflación, donde los productos frescos y crudos son mucho más caros que los procesados!”, explica el entorno del ministro. Al final de una consulta de tres a cuatro meses, Olivia Grégoire pretende establecer, mediante un decreto gubernamental, la obligación de mencionar los platos no caseros. Esta nueva norma, válida para los 175.000 restauradores de Francia, se sumará a la etiqueta «casera» creada en 2014, «desconocida para el gran público y opcional».

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“Elogiada por las asociaciones de consumidores y las federaciones profesionales, como el Groupement des hôtelleries et Restaurants de France (GHR), esta nueva norma cambiará la situación”, considera el gabinete del ministro, “pasamos de un sistema declarativo y voluntario a un sistema obligatorio mencionar. La Unión de Industrias y Comercios Hoteleros (Umih) también apoya al ministro. «Apoyamos la medida», afirmó un portavoz a Le Figaro. La primera federación del sector considera “importante revalorizar este restaurante tradicional que genera empleo, calidad, símbolo del arte de vivir francés y orgullo de nuestro país”.

Queda por determinar qué forma adoptará este último, es decir, “un asterisco, un logotipo…”. El Gobierno también tiene intención de pedir a la Dirección General de Competencia, Consumo y Control del Fraude (DGCCRF) que refuerce sus controles. En caso de incumplimiento, el restaurador se expone a las sanciones que establece el Código del Consumidor por omisiones engañosas.

«Es algo bueno», reaccionó Alain Fontaine, presidente de la asociación francesa de maestros restauradores (AFMR), ante las declaraciones del ministro. Sólo 7.000 de los 175.000 restauradores de Francia ofrecen platos totalmente caseros, estima el chef en Franceinfo. La obligación de informar sobre los platos industriales permitirá, según él, “tranquilizar a los clientes” y “hacer funcionar la agricultura francesa”. A medida que se acercan los Juegos Olímpicos de 2024, “es importante que los turistas y los clientes comunes y corrientes sepan qué van a comer, si es casero”, considera Alain Fontaine.