El ministro de Cuentas Públicas, Thomas Cazenave, presenta este miércoles al Consejo de Ministros el programa de estabilidad del Gobierno. Este documento, obtenido por Le Figaro, recoge los compromisos presupuestarios asumidos por Francia en Bruselas: promete que el déficit público -que actualmente se sitúa en el 5,5%- caerá por debajo del 3% en 2027. Una trayectoria juzgada con dureza por el gobierno. Alto Consejo de Finanzas Públicas, que denuncia una “falta de coherencia” e incluso una “falta de credibilidad”, según palabras de Pierre Moscovici recogidas por Le Figaro.
Para lograr esta hazaña, el gobierno cuenta efectivamente con indicadores económicos que, según sus previsiones, casi todos deberían volverse verdes de aquí a 2027. En el crecimiento, por ejemplo, mientras que el ejecutivo tuvo que rebajar su previsión de crecimiento para este año del 1,4% al 1% en febrero, el programa de estabilidad prevé que volverá al 1,4% el próximo año y que continuará su rebote en 2026 y 2027 alcanzando el 1,7% y luego el 1,8%.
Según el documento, la actividad “estaría impulsada principalmente por la aceleración del consumo de los hogares, gracias a la caída de la inflación que apoyaría los salarios reales y también alentaría una caída de la tasa de ahorro”. Esta caída del ahorro de los hogares estaría «en particular respaldada por la caída de la inflación por debajo del 2%», así como «por el fin previsto del aumento de los precios de los alimentos y la energía, que aumentó la sensación de shock inflacionario».
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El mismo optimismo en el frente del desempleo, ya que el documento proclama que «las reformas del Gobierno permitirían alcanzar el pleno empleo» de aquí a 2027. Pero cuidado, esta dinámica no comenzará hasta el próximo año, ya que el Gobierno señala que «en un contexto de desaceleración actividad, el ritmo de creación de empleo disminuyó” en 2023 y que esta desaceleración debería continuar en 2024.
El gobierno también está planeando este patrón de inflexión en 2024, seguido de un repunte el próximo año, para la inversión. «La inversión total disminuiría en 2024 (-0,4% después del 1,1%), lo que refleja en particular el efecto de los tipos sobre la inversión en construcción, antes de recuperarse en 2025 (0,7%)», se lee en el documento.
Para reducir el déficit, el gobierno pretende limitarse a 0,4 puntos del PIB este año. Pero el aumento es entonces rápido: prevé reducirlo en 1 punto del PIB en 2025 -un paso muy alto-, luego en 0,5 puntos en 2026 y finalmente en 0,7 puntos en 2027 para alcanzar el famoso déficit del 2,9% en hasta 2027. Esta hazaña, que equivaldría a unos 20 mil millones de ahorros al año, se logrará «controlando el gasto público sin penalizar el crecimiento», asegura el gobierno. Un punto precisamente en el que el Tribunal de Cuentas destaca una “falta de coherencia”.