A lo largo de los años, el G20 se ha consolidado como el principal foro para la cooperación económica internacional. Aunque no es muy mayor. Apenas han transcurrido 25 años desde que nació el “Grupo de los Veinte” en 1999. En aquel momento, varias crisis financieras obligaron a los Estados desarrollados a involucrarse más con los países emergentes. En particular, la crisis económica asiática de 1997-1998.

Ésta es la esencia del G20: asocia estrechamente a los países desarrollados, ya unidos desde 1975 en el seno del G7 (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Italia y Japón), con una decena de países emergentes, entre ellos los famosos BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica). Todos estos Estados se reúnen una vez al año y cada vez deben elaborar una declaración conjunta, más allá de las numerosas discusiones bilaterales.

En el momento de la creación del G20, la Unión Europea estaba integrada. Veinticuatro años después, los miembros del G20 decidieron implicar también a la Unión Africana, lo que algunos consideran una pequeña revolución. La ampliación del G20, que no cambiará de nombre según una fuente diplomática, aumentará el peso económico de la organización. Ya, en su versión del G20, los países miembros representan nada menos que el 85% del producto mundial bruto, una proporción abrumadora de la riqueza producida en el planeta.

Los países miembros del G20 representan casi dos tercios de la población mundial. Como señal de los nuevos equilibrios globales, los países emergentes pesan mucho más que los países desarrollados, que sólo representan el 10% de la población mundial.

Sólo los veinte países de este foro económico representan más de las tres cuartas partes del comercio del planeta. Esto también explica por qué el G20, originalmente dedicado sólo a cuestiones macroeconómicas estrictas, fue la ocasión para debates sobre el tema del comercio en particular, pero ahora también sobre el tema del cambio climático, la salud e incluso la agricultura.

El Secretario General de la ONU pronunció una atronadora declaración en la inauguración de la cumbre anual del G20 el viernes. Desde Nueva Delhi calificó a esta “familia global” de “disfuncional”. De hecho, dos temas candentes están tensando las relaciones entre los diferentes países: la guerra en Ucrania, por un lado, y la “guerra fría” en la que chinos y estadounidenses están involucrados desde hace varios años. Como resultado, ni Vladimir Putin ni Xi Jinping viajaron a la India. Una señal de que la globalización podría estar en problemas.