El vidriero francés Duralex no puede salir definitivamente de esta situación. La empresa acaba de publicar un comunicado de prensa en el que indica que “ha solicitado la apertura de un procedimiento judicial de recuperación en su beneficio ante el tribunal de comercio de Orleans”. Para la empresa, conocida por sus famosos vasos utilizados en los comedores escolares, las dificultades comenzaron en 2022 con la crisis energética y, en particular, con el aumento de los precios del gas, del que la industria del vidrio es muy ávida.

Duralex, que tiene un centro industrial en La Chapelle-Saint-Mesmin, en Loiret, emplea a 230 empleados y facturó casi 30 millones de euros en 2022. Pero el aumento de los precios obligó a detener sus hornos. Sin embargo, gracias a un préstamo estatal de 15 millones de euros, la actividad pudo reiniciarse en noviembre de 2022.

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Pero, en 2023, «han surgido nuevas dificultades», atribuibles a la inflación, un entorno de consumo «fuertemente en deterioro» y una «mayor competencia», indica la empresa. “ A pesar de los esfuerzos operativos y las continuas inversiones, las pérdidas no pudieron evitarse. »

La empresa ahora está buscando un comprador. “El tribunal debería nombrar un administrador y un representante legal para ayudar a la empresa durante el período de observación que debería abrirse”, dijo la empresa.

Roland Lescure, ministro de Industria, viajó a La Chapelle-Saint-Mesmin cuando se anunció la reanudación de la actividad a finales de 2022. Tras el anuncio de la solicitud de apertura del procedimiento judicial de recuperación, indicó que el Estado “haría todo lo posible para intentar lograr soluciones de recuperación”.